07 enero 2014

Entrevista Heraldo de Aragón, 5.1.2014, Julio Rodriguez



Julio Rodríguez, hace tres semanas en el Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Aragón y Soria.

MAITE SANTONJA

Se cerró 2013 con multitud de mensajes
económicos positivos lanzados por el Gobierno
y por presidentes de bancos y multinacionales.
¿Comparte el optimismo?
Esas palabras tienen más de deseo que de
realidad. Es cierto es que la actividad productiva
ha dejado de caer. Pero eso es como
cuando un incendio ha asolado una sierra y
el fuego se ha parado. Ha dejado a más de 3,5
millones de personas sin trabajo desde 2008
y se han perdido miles de empresas. El hecho
de que el incendio deje de arder no significa
que estemos bien. El proceso de recuperación
se está mostrando muy débil para
reparar el daño sufrido por casi seis años de
crisis. La recesión ha terminado pero la crisis
persiste en la medida de que hay una tasa
de desempleo altísimo que podría ser más
importante si no emigrara tanta gente. El enfermo
ha dejado de empeorar pero sigue
muy grave. A mi entender se está haciendo
una exhibición exagerada de las mejoras. Los
datos siguen siendo muy negativos pese a
que hayan dejado de empeorar.

Como reputado especialista en el el mercado
inmobiliario, ¿qué análisis efectúa de
2013?
El conjunto del año arrojará una caída en la
venta de viviendas con unos comportamientos
muy distintos en las ventas a españoles
residentes (caerán un 10% aproximadamente)
y a los extranjeros (subirá un 20%). Esa
ha sido precisamente la principal novedad,
la creciente presencia de compradores extranjeros,
sobre todo fondos de inversión.
Incluso han adquirido unas 5.000 viviendas
sociales de la Comunidad de Madrid. Eso da
una sensación de dinamismo al mercado.
Son operaciones que han realizado en territorios
muy ligados al arco mediterráneo y a
las islas. En el resto del territorio nacional
apenas hay presencia de extranjeros. En resumen,
en 2013 ha persistido la caída de las
ventas y de los precios y la novedad es la presencia
de nuevos inversores atraídos por los
precios reducidos.

Ha citado el ejemplo de la venta de las viviendas
sociales de la Comunidad de Madrid.
Muchos de los arrendatarios se ven
forzados a abandonarlas al concluir su contrato
de alquiler y contar con una opción
de compra muy alta a pagar a esos fondos
de inversión que han abonado un tercio de
la cantidad que ahora exigen.

Entiendo que las comunidades autónomas
quieran hacer caja en una situación de dificultad.
Lo que no se puede consentir es que
una promoción de viviendas sociales se convierta
en un asalto a los arrendatarios. Hasta
2008 se sacaban viviendas sociales en alquiler
con opción de compra. Lo que quieren
los fondos de inversión es rentabilizar
su dinero al máximo y nos encontramos con
personas con ingresos por debajo de la media
y que tienen en frente a un tiburón que
ansía una rentabilidad inmediata. No es una
actuación responsable ni justa.

¿El impacto de estos fondos de capital extranjero
es positivo o negativo?
Estos fondos de inversión se nutren del mercado
inmobiliario. Compran oficinas, naves
industriales, viviendas... Algo animan el
mercado pero no es un movimiento de fondo.
Una cosa es que las familias españolas
volvieran a comprar viviendas y se crearan
empleos y otra muy distinta es este fenómeno
derivado de un proceso a nivel mundial
con el dinero fresco que inyectan el BCE, la
FED, el Banco de Inglaterra y el Banco de Japón.
Eso se nota también en la bolsa. Las
economías no están tan boyantes como lo
que indican las bolsas. Va ligado al mercado
inmobiliario. Los fondos tienen mucha liquidez
y se lanzan a por operaciones muy ventajosas.
Pero, insisto, eso no significa que se
está recuperando la demanda ni creando
empleo. Una prueba es que está subiendo el
alquiler.

En España está poco instaurada la cultura
del alquiler, como sí ocurre en otros países.
¿Cree que se va revirtiendo esa tendencia?
No creo que haya saltos espectaculares. Han
sido muchos los años en España con una fiscalidad
muy proclive a la vivienda en propiedad
y eso ha echado raíces en la mentalidad
del ciudadano. En el franquismo hubo
un movimiento muy fuerte en contra del alquiler
y con la democracia la fiscalidad ha
perjudicado al alquiler. Ahora hemos
llegado a una situación en que ha desaparecido
la desgravación por compra de vivienda
pero tenemos escasez de oferta de alquiler.
No hay que olvidar que en Europa occidental
el país con menor porcentaje de alquiler
es España. En Alemania hay un 40%.
Nosotros teníamos un 10%en 2007 y lo normal
es que lleguemos al 15 o 20% en los próximos
años.

La pregunta del millón. ¿Seguirán cayendo
los precios de la vivienda en 2014?
Dependerá de cómo evolucione el crédito
bancario y del propio ritmo de crecimiento de
la economía española. Lo que sí apunta es que
la gente más joven prefiere alquilar y de eso
se han dado cuenta los propios inversores.

Usted fue el primer consejero de Economía
de la Junta de Andalucía. ¿Qué recuerda de
aquella etapa?

Recuerdo la gran ilusión que nos impulsaba
para poner en marcha una nueva administración.
Andalucía era una autonomía que
padecía y sigue padeciendo un nivel de renta
per cápita  (PIB por habitante) que se sitúa un 25% por debajo
de la media española. En aquel momento
pensaba que la administración autonómica
serviría para mejorar la gestión y que sería
un factor de dinamización de la economía.
En este aspecto creo que no se ha estado a
la altura. Yo trabajé para que la economía andaluza
se diversificara, que no fuera solo ladrillo
y turismo. Las autonomías podrían haber
dado más de lo que han dado.

J. F. LOSILLA EIXARCH

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