29 octubre 2017

LA CUESTION DE CATALUÑA PUEDE DESESTABILIZAR EL MERCADO INMOBILIARIO Julio Rodríguez López

 La información disponible sobre la evolución del mercado inmobiliario en España durante  los tres primeros trimestres de 2017 describe una situación de expansión y fortalecimiento de la recuperación que se inició en 2014. La expansión ha presentado mayor intensidad en la autonomía de Cataluña. Sin embargo, al tratarse de un mercado con fuerte presencia de inversores, el agravamiento de la crisis política  catalana puede producir cambios relevantes en dicha evolución. El cambio de coyuntura se produciría  en especial en Cataluña, aunque el debilitamiento de la expansión podría también extenderse al resto de España.

  En el mercado de vivienda de España, tras el mínimo nivel de precios alcanzado en la pasada recesión en el primer trimestre de 2014, los precios de la vivienda han aumentado en un 16% hasta el 2º trimestre de 2017. Las ventas de viviendas, según datos de los  notarios, han crecido en más de un 50% entre 2014 y 2017, situándose en un nivel de 540.000 las ventas previstas para  2017. El 17% de las ventas se han realizado a compradores extranjeros.

En el periodo transcurrido entre 2014 y 2017 las viviendas iniciadas, medidas por los visados de obra nueva realizados por los Colegios de Arquitectos Técnicos, se han más que  duplicado. Las previsiones realizadas con datos disponibles hasta julio serian de unas 80.000 viviendas iniciadas  y de unas 56.000 viviendas terminadas en 2017.

  La inversión en vivienda, estimada por la Contabilidad Nacional, podría crecer por encima del 6,5% a precios contantes, con lo que la aportación al crecimiento económico de dicha inversión se podría aproximar a los 0,5 puntos porcentuales en 2017.

En septiembre de 2017 los tipos de interés de los préstamos a comprador de viviendas se han situado en el 1,83%, según datos del Banco de España. Las nuevas concesiones de créditos no asociadas con renegociaciones han  aumentado en un 18,8% sobre el año precedente en enero-agosto. De nuevo las compraventas registradas siguen creciendo por encima de las hipotecas registradas, lo que revela la presencia de inversores entre los compradores en una proporción no inferior al 35%. El papel de los fondos de inversión extranjeros en las nuevas promociones es muy relevante, manteniéndose moderada la concesión de préstamos a promotor por parte de las entidades bancarias.

En un mercado en el que la presencia de inversores extranjeros en las nuevas promociones es trascendente y el de los compradores inversores es decisivo,  un empeoramiento abrupto de las condiciones políticas podría tener efectos muy negativos. En Cataluña, el aumento de precios posterior a 2014  ha superado ampliamente la media nacional (23,8% frente  a 16% en España), el crecimiento de las transmisiones de viviendas también ha superado al de la media nacional entre 2014 y 2017 (65,9% frente a 50%).

La ciudad de Barcelona ha presentado en 2017 los precios más elevados del alquiler de viviendas, circunstancia favorecida por la buena marcha del turismo y por la creciente presencia de los “pisos turísticos”, que han reducido la oferta de los pisos de alquiler tradicionales. El posicionamiento del gobierno autónomo catalán,  al margen de la Constitución de Española de 1978, las imágenes  de violencia del 1º de octubre y la declaración unilateral de independencia aprobada por el Parlamento de Cataluña, en un  contexto de intensa salida de las sedes de empresas de Cataluña, son eventos relevantes. Dicho proceso  podría afectar de forma negativa  a un mercado con fuerte presencia de inversores extranjeros  entre los oferentes y los compradores. La duda se ha instalado, pues, en el mercado de vivienda catalán y no se limitará a dicha autonomía.

Este artículo se publicó en la revista digital “El siglo de Europa” de 27 de octubre de 2017





[1] JRL es Vocal del Consejo Superior de Estadística y miembro de Economistas frente a la Crisis

EL LARGO OCTUBRE DE CATALUÑA Julio Rodríguez López

  El mes de octubre no ha  podido resultar más accidentado en Cataluña y España. A un confuso amago de referéndum, convocado al margen de la legalidad española y mal gestionado por el gobierno, sucedió un martes de huelga general en Cataluña (“paro de país”).  En la misma noche del martes 3 de octubre  el rey de España hizo una descripción dramática de la situación y pidió se restableciese el orden constitucional. Después de dicha fecha son frecuentes las noticias de empresas que anuncian el cambio de su sede social desde Cataluña a otras autonomías.

La secesión  de Cataluña respecto de  España implica la salida de dicha región de la Union Europea. De este modo, los bancos con sede en Cataluña quedarían sin un Banco Central detrás, esto es, sin un prestamista en última instancia, que ahora les aporta liquidez en condiciones excepcionales. También supondría la salida de los bancos  del Fondo de Garantía de Depósitos. A las anunciadas salidas de los bancos Sabadell y Caixabank han sucedido noticias de deslocalización de otras empresas importantes, entre las que destacan, por su relevancia en Cataluña, Gas Natural y Aguas de Barcelona.

Un reciente trabajo de Paul de Grauwe (“Catalonia and Brexit: The same nationalism”, Social Europe, 6.10.17) equipara el nacionalismo catalán con el que en el Reino Unido llevó a que saliera adelante el Brexit, esto es, la salida de dicho país de la Unión Europea. Tal  nacionalismo se apoya en unos cuantos mitos: primero, es necesario que exista un enemigo externo, que sería España en el caso de Cataluña. En segundo lugar, el pueblo en lucha tiene, según los dirigentes, una identidad claramente definida. Los  políticos deben de escuchar el deseo del pueblo. Debe de haber una sola voz, no dejando margen para las voces opositoras.

 El tercer mito es que la independencia generará mayor prosperidad. La toma del control de los medios por parte del pueblo llevará a lograr el mayor de los desarrollos. Sin embargo,  la globalización socava la soberanía nacional. Las multinacionales  provocan mayores  reducciones  de impuestos en países de Europa que  cuando tales países actúan de forma coordinada. Importan más las barreras no arancelarias que las arancelarias. Los estándares los establecen países como Estados Unidos, China y la Unión Europea. La ganancia de soberanía es formal, con lo que de hecho disminuye la soberanía  real del país que actúa en solitario.

En Cataluña existe una fuerte confusión acerca de la política que adoptaría el gobierno de la nueva nación, a la vista de la heterogeneidad de las fuerzas políticas que integran la actual mayoría parlamentaria. Está teniendo lugar un cierre de filas del poder económico y financiero ante los sucesos políticos que se vienen produciendo, tanto por la ruptura flagrante y provocativa con la normativa española como por la evidencia de que se quiere obtener el poder a partir de la presión de la gente desde la calle. Las empresas sienten incertidumbre ante el marco jurídico que se avecina en caso de lograr Cataluña la  independencia, lo que perjudica la inversión.

Un editorial de La Vanguardia (7.10.17) ha subrayado que no es de recibo  que los máximos responsables de las finanzas públicas catalanas  se hayan limitado a minimizar el impacto de los traslados de empresas, en lugar de dar explicaciones sobre lo que está sucediendo.
 La independencia de Cataluña podría llegar a ser un “shock” de magnitud superior al más duro de los “brexit” y ello por la salida inmediata  de la Unión Europea que la declaración de independencia de Cataluña podría producir. Pero el uso de la fuerza para impedir la independencia  favorecería a  los separatistas y podría traer calamidades sobre España, Cataluña y la UE (W. Munchau, “A Catalán breakaway would make Brexit look like a cake walk”, FT, 9.10.2017)

Este artículo se publicó en la revista digital El Siglo de Europa el  6.10.2017.



[1] JRL es vocal del Consejo Superior de Estadística y miembro de Economistas frente a la crisis