11 julio 2012

LA CRÓNICA CRISIS DEL EURO.  LOS INÚTILES RECORTES


Julio Rodriguez López
11.7.2012

Una semana después del último Consejo Europeo de fines de junio de 2012 la situación general de la Eurozona no ha cambiado de forma sustancial. Las reacciones negativas a los acuerdos en Alemania, Holanda y Finlandia (“Luterania” que diría E. Juliana en La Vanguardia) arrojaron dudas sobre el alcance real de lo acordado. La deuda pública española ha vuelto a cotizar por encima del 7% en el mercado secundario. El anuncio de un nuevo “paquete” de medidas de ajuste suena a medicina sin resultados y con dolorosos y desiguales efectos secundarios.

Los datos de ejecución presupuestaria revelan que el objetivo del déficit del 5,3% del PIB para el conjunto de las administraciones públicas en España en 2012 resultaba cada vez más problemático. La factura de los intereses de la deuda y el impacto negativo sobre los ingresos fiscales del retroceso de la actividad productiva dieron lugar a un nivel de déficit incompatible con el objetivo anual en los cinco primeros meses de 2012. El acuerdo del Eurogrupo de la madrugada del 9 al 10 de julio ha aplazado a 2014 el objetivo del 3% hasta ahora fijado para España en 2013. Esto supondrá un moderado alivio de 10.000 millones de euros para el actual ejercicio, a pesar de lo cual al final del año se estará lejos del nuevo objetivo de déficit de las administraciones públicas del 6,3% en 2012.

Del Consejo Europeo de junio surgió el acuerdo de que los procesos de capitalización de los bancos los cubrirían los fondos de rescate de la UE, pero solo a partir del momento en el que hubiese un supervisor único (inspección bancaria) para la Eurozona. La Merkel contestó a la fuerte crítica de 150 economistas alemanes “ortodoxos” acerca de este acuerdo minimizando el alcance de la Unión Bancaria, a la que limitó a la supervisión unica. La líder alemana concibe dicha unión sin incluir un seguro común de depósitos ni un fondo común de reestructuración bancaria (W. Munchau, FT, 9.7.2012). Tampoco se redefine el papel del Banco Central Europeo, que seguirá sin actuar como un banco central, como se oye un dia tras otro en España.

En la citada reunión del Eurogrupo se ha acordado anticipar a España 30.000 millones de euros a cuenta de la facilidad de 100.000 millones aprobada a principios del mes de junio. La situación de los bancos problemáticos (Bankia, Nova Caixa Galicia, Catalunya Caixa y Banco de Valencia) hacia conveniente dicho adelanto, en especial en el caso de Bankia. Las condiciones anunciadas del anticipo, que vendría a ser un prestamo al Frob, serian de un tipo del 4% y de un plazo de 15 años.

El prestamo se convertiría en una participación en capital por parte del fondo de rescate una vez establecido el supervisor único en la Eurozona. Se anuncia una exigencia de capital del 9% para todo el sistema financiero español. Se prevé la fórmula del “banco malo” como mecanismo a emplear en la reestructuración de las entidades de crédito con problemas. Este se quedaría con los activos tóxicos, básicamente suelo y promociones inmobiliarias en curso y terminadas sin vender, para su venta posterior. A cambio se cerraría la reestructuración de las entidades de crédito españolas, golpeadas de lleno por las consecuencias negativas del exceso de construcción residencial financiado a crédito con recursos tomados del resto del mundo.

A pesar del alivio por el acuerdo del Eurogrupo, el gobierno realizará un nuevo ajuste. Este se apoyará en el aumento del IVA y en la reducción de algunas partidas presupuestarias. Ello reforzará la caída del PIB en 2012 mas allá del -1,7% previsto. De paso el gobierno reducirá mas los componentes del gasto menos compatibles con su ideología, véase determinadas prestaciones sociales (educación, sanidad, ley de dependencia) e investigación. La presidenta de la Comunidad de Madrid deleitará de nuevo a su parroquia con descripciones pintorescas de los nuevos recortes.

El panorama no deja, pues, de ser sombrío. La economía puede entrar en un círculo vicioso de recortes presupuestarios que producen caídas del PIB. Estas reducen los ingresos fiscales, provocan más déficit y vuelta a empezar con nuevos ajustes. “El ajuste apoyado en el esfuerzo de los países deudores plasmado en planes de austeridad ni ha reducido la deuda pública ni ha estimulado el crecimiento… No se puede aumentar la deuda pública y crecer sin una ayuda importante de los países acreedores” (Joaquin Muns, “Merkel conserva todas las bazas”, La Vanguardia, 8.7.2012). Además, la reforma laboral permite que haya 4,5 millones de trabajadores sin renovar sus convenios en un año, lo que sin duda frena más el consumo.

Quitando el poco edificante instrumento que es Eurovegas, apenas se encuentra nada en el panorama de la politica económica que implique ayuda al crecimiento y a la dinamización de la economía española. Sería deseable que los achaques no alcancen los extremos de Grecia.