05 agosto 2012


SE ANUNCIAN  EN  AGOSTO NUEVOS AJUSTES Y RECORTES
Julio Rodríguez López    5.8.2012

  El jueves 2 de agosto de 2012  fue un día de depresión generalizada ante la aparente vaguedad de los acuerdos adoptados por el Consejo del Banco Central Europeo (BCE). Tales acuerdos  contrastaron con las declaraciones previas del presidente del BCE,  Mario Draghi, que apuntaban a una actuación más firme de dicha institución  en materia de estabilización de los tipos de interés de la deuda a largo plazo de España. Mario Draghi señaló que las ayudas del BCE a la deuda de los países miembros con problemas deben de acompañar a  las peticiones  de estos últimos a los fondos de rescate establecidos para la Eurozona. No habrá, pues, rescates automáticos a tales países desde el BCE. La responsabilidad de las actuaciones de esta entidad  se compartirá  con  el resto de dirigentes de la eurozona.

El día siguiente fue  de reflexión sobre el alcance real de la comunicación  del presidente del BCE. Los mercados valoraron positivamente el comentario relativo a que dicha entidad podría adquirir deuda pública de plazos cortos, en línea con la actuación habitual de cualquier banco central. En todo caso, se abrieron amplios interrogantes acerca del contenido real de la posible actuación del BCE en caso de petición de ayuda por parte de países con problemas de sobreendeudamiento. Este aspecto fue señalado por el propio presidente del gobierno español tras el Consejo de Ministros del 3 de agosto. 

 Dicho Consejo aprobó el “Plan Presupuestario 2013-2014” enviado a la Comisión de la UE.  El   Plan responde al compromiso asumido por España tras el aplazamiento que se concedió de demorar en un año,  hasta 2014,  el cumplimiento del objetivo de déficit del 3% del PIB. La reducción del déficit citado al 2,8% del PIB en 2014 se hará, según el nuevo  Plan,  aumentando el ajuste fiscal desde los 65.000 millones derivados de las medidas recogidas en el RDL 20/2012  hasta un total de 102.149 millones de euros, más del 10% del PIB de la economía española. La Comisión estudiará el  Plan 2013-2014  después del verano y lo aprobará o solicitará su modificación.

 El  cuadro macro de dicho Plan revela que el  gobierno confía en la recuperación del crecimiento de la economía española  en 2014 en un 1,2%, tras los retrocesos previstos  de dicha magnitud en 2012 (-1,5%), y 2012 (-0,5%). Se apoya dicha previsión en la recuperación de las exportaciones y  del consumo privado en 2014. El gobierno sigue creyendo que la reforma laboral  creará empleos sin que haya apenas crecimiento del PIB, lo que resulta difícilmente creíble. Tampoco resulta  coherente que el consumo vuelva a  crecer en 2014  a la vista de la evolución previsible de  la renta disponible de los hogares. Dicha magnitud, decisiva en el comportamiento del consumo, sufrirá  el impacto negativo  de la reducción de las prestaciones sociales, de la reducción del empleo y de la pérdida de poder de compra de los salarios.

 Rajoy espera, pues,  que el BCE aporte un mayor detalle sobre las actuaciones  a desarrollar en el caso de solicitud de ayuda por parte de algún país con problemas, antes de solicitar  nuevas  ayudas. Al rescate de los 100.000 millones para capitalización y saneamiento del sistema financiero español, que va dar lugar a la creación en breve de un “banco malo” dotado con 25.000 millones de euros,  puede añadirse otro  rescate adicional. Se confía en que este último no incluya  ajustes sustanciales adicionales  a los que están en marcha. Una posible reducción de las pensiones está en el aire. El coste político para el gobierno de dicho recorte adicional podría ser muy elevado. 

Desde 2010 la Eurozona ha forzado a España a  reducir el déficit con independencia del ritmo de crecimiento de la economía. El objetivo de reducción del déficit ha frenado el crecimiento y ha ocasionado un brutal aumento del desempleo. Además, el déficit público  ha aumentado por el acusado retroceso de los ingresos fiscales. El BCE, el FMI y la Comisión de la UE se comportan con España como el usurero que quiere a toda costa recuperar el dinero que se le debe, con independencia del estado del deudor. 

 Resulta difícil  asumir que la economía española va a recuperar el crecimiento tras un ajuste fiscal  tan intenso y en un contexto de recesión en la Eurozona. La tesis del gobierno de que las reformas adoptadas  van a producir más crecimiento se apoyan más en la fe que en el análisis económico.