15 julio 2013

ECONOMIA ESPAÑOLA. LA ACTIVIDAD TOCA FONDO. PERSISTEN LOS PROBLEMAS. Julio Rodríguez López


 Los indicadores de coyuntura económica han presentado  en España un perfil  diferente en el segundo trimestre de 2013 respecto de  los dos años precedentes. Las previsiones de los organismos internacionales respecto de los países más avanzados apuntan hacia una recuperación general de la actividad en la segunda parte de 2013 y también hacia una tasa de variación positiva en 2014 para dicho conjunto de países. Dicho perfil coyuntural lo va a seguir asimismo la economía española, donde la actividad económica   podría registrar variaciones  positivas en la segunda parte del año.  Dicho cambio coyuntural no  implica  que hayan desaparecido de la noche a la mañana los serios problemas de dicha economía, especialmente el del elevado desempleo.

   En 2013 se ha acentuado la reestructuración de la composición de la demanda de la economía española  en favor de la procedente del resto del mundo. La demanda interna persistió en el perfil negativo. El aumento real de las exportaciones, que  puede superar el  3% en 2013,  junto al notable descenso de las importaciones (-4,2% es la previsión para 2013),  explican que las exportaciones netas de la economía hayan aportado en 2012-13 unos 2,5 puntos porcentuales al crecimiento.  La mayor  tensión de la demanda exterior puede aportar algún dinamismo a la economía española.
 Entre 2013 y 2014 puede resultar menos negativo el papel de la demanda interna, sobre todo por parte de la inversión productiva de las empresas. De este modo  el conjunto de la economía española podría registrar una variación positiva de la actividad en 2014.  La recuperación de las exportaciones y la caída de las importaciones  han reducido de forma sustancial el déficit exterior de la economía española. La balanza por cuenta corriente  va  a registrar un saldo positivo en 2013, por primera vez desde 1997.

 El cambio de signo del saldo exterior de la economía española tiene su origen en el fuerte descenso del déficit comercial, que en enero-abril de 2013 disminuyó en un 71,1% sobre el mismo periodo del pasado ejercicio. El saldo del resto de los componentes de la balanza de pagos, servicios, rentas y transferencias, ha mejorado también   en el mismo periodo. Destaca el fuerte aumento experimentado por las entradas de capital  en el periodo en cuestión. El endeudamiento de la economía española frente al resto del mundo no aumentará, pues, en 2013.

  La mejoría del saldo de la balanza comercial ha sido importante en el caso de las transacciones españolas con el resto de la Unión Europea. Sigue siendo elevado el déficit frente a China y frente a los países de la OPEP, por las elevaciones de los precios del petróleo.  La evolución de la actividad y del empleo  entre 2008 y 2013 (las caídas del empleo han sido tres veces superiores en España a las del PIB)   implican un aumento aparente de la productividad del factor trabajo en un 14,2%. Esta  mejoría se debe a la fuerte expulsión de empleos en los sectores  que fueron más dinámicos en la burbuja.  Los salarios nominales están sufriendo variaciones negativas en 2012-2013. El coste unitario del trabajo (coste salarial por persona ocupada dividido por la productividad del trabajo) sufrirá una importante disminución en 2013, lo que debe de favorecer la competitividad de los productos españoles.

 El Informe Anual del Banco de Pagos Internacionales de Basilea de 2013 ha subrayado que el impacto negativo de la crisis ha sido más acusado en los países  en los que se habían producido mayores desequilibrios sectoriales en la fase previa a la crisis (“Productividad y empleo después de la Gran  Recesión”, Capitulo 2, BPI, 83º Informe Anual). Tales desequilibrios se miden a partir de los cambios producidos en la composición del empleo. Así,  las variaciones a la baja en el empleo han sido muy acusadas en las actividades correspondientes a la construcción,  sistema financiero, seguros y servicios inmobiliarios.

  Unos dos tercios de los retrocesos de la actividad productiva se han concentrado en los sectores citados, destacando los del sector de la construcción en España  e Irlanda. El trabajo del Banco de Pagos de Basilea atribuye, pues, especial relevancia a los desequilibrios sectoriales sobre el mayor o menor alcance de la recesión. En los países donde tales desequilibrios fueron menos acusados, el crecimiento de la economía sufrió menos que en España e Irlanda. Para recuperar el crecimiento, “empleo y capital necesitarán desplazarse desde actividades que se sobreexpandieron en la fase de auge hacia sectores más productivos”.

 Si la economía española ha tocado fondo en 2013 y vuelve a dinamizarse la actividad productiva, hasta ahora solo de la mano de las exportaciones, será más que necesario no repetir los errores del pasado. El  gobierno y el resto de las administraciones públicas deberán de apostar  de verdad por  la necesaria diversificación de la oferta productiva de dicha economía.