La economía española registró en 2012 un
retroceso de la actividad, medido por la caída del PIB, de un -1,4%.
El PIB trimestral descendió entre el
2º y el 4º trimestre de 2012. La demanda interna de la economía
retrocedió en un -3,8%, mientras que el sector exterior efectuó una aportación
positiva al crecimiento de 2,4 puntos porcentuales. Dentro del descenso acusado de la demanda
interna, el retroceso mayor correspondió a la inversión en capital fijo, destacando
la caída del -11,4% en la construcción y el descenso, algo menos fuerte ,
en la inversión productiva, el
-6,4%.
En 2012 el empleo descendió con especial
intensidad en España. Frente a un
retroceso del PIB del -1,4%, la caída media anual del empleo fue del -4,3%. Esto implicó una disminución del número de
ocupados, según la Encuesta de Población Activa del INE, de 850.400. Por cada
punto porcentual de caída del PIB el empleo disminuye en España en un 3,5% en la media de los últimos ejercicios.
En 2012 los mayores descensos del empleo,
según la EPA, correspondieron a la construcción (-15,9%), transportes y comunicaciones (-5,1%) y comercio,
restaurantes y hostelería (-4,9%). La tasa media anual de desempleo ascendió
al 25% de los activos en 2012. La
implantación de la reforma laboral en febrero de 2012 ha estado acompañada de
retrocesos acusados de la ocupación, lo que puede indicar que dicha reforma ha contribuido a reforzar el negativo ciclo de la economía.
El índice de precios de consumo aumentó en un
2,9% en 2012, aumento superior al 2,4 % de 2011. Los componentes más
inflacionarios de dicho índice en 2012 fueron los relativos a alimentos no
elaborados (3,9%) y productos energéticos (7,6%). El aumento medio salarial fue del 0,5% en los
tres primeros trimestres de 2012 sobre el mismo periodo del ejercicio anterior.
Dicho crecimiento fue inferior al
aumento medio anual de los precios de consumo (2,4%) en 2012. La pérdida de
poder adquisitivo salarial se prolonga así tres años. Algo tiene que ver dicha
evolución negativa de los salarios reales
con la caída de la renta disponible de los hogares, con el descenso del consumo
y, por último, con el retroceso del ahorro familiar.
El fuerte descenso del déficit comercial frente
al resto del mundo ha reducido el
déficit corriente de balanza de pagos de España. Se prevé un nivel del --1,7%
del PIB de dicha magnitud en 2012 (-3,9% en 2011). El aumento real de las
exportaciones en 2012 fue del 3,3%, mientras que las importaciones descendieron
en el mismo año en un -4,4%. La reducción del
desequilibrio externo tiene, pues,
que ver con la debilidad de la demanda interna de la economía española.
En todo caso, resulta conveniente que
las exportaciones mantengan un importante dinamismo y que
la suma del déficit corriente y del saldo de la balanza de
capital no resulte negativa, pues ello implica que no está creciendo la
deuda exterior de la economía española.
La previsión de déficit público para 2012 es
del -7,3% del PIB (-8,9% en 2011), excluido el coste del saneamiento bancario
desde el gobierno de España. La deuda pública
ha seguido creciendo en el pasado
ejercicio, aproximándose a los niveles medios de la eurozona y al 100% del PIB.
En la evolución del déficit y de la deuda pública de España en 2012 ha influido, pues, el mayor endeudamiento exterior que ha
supuesto el recurrir a la línea de
financiación abierta a España por la Unión Europea en el verano del
pasado año para el saneamiento de los
bancos españoles, dentro de los cuales corresponde la mayor cuota a Bankia.
La previsión para la economía española
en 2013 es de un nuevo descenso del PIB
del -1,4% en 2013, según la Comisión europea.
En este año la aportación al crecimiento
del sector exterior será mayor que la de 2012, unos 4,4 puntos porcentuales. La
débil demanda interna, por su negativo impacto sobre el crecimiento, seguirá provocando nuevos descensos en la actividad y en el empleo de la economía
española.
El retroceso del empleo puede resultar
inferior al de 2012, el –3,1%, a pesar de lo cual la tasa media de desempleo superará al 26,0 % de los activos. La balanza corriente
puede llegar al equilibrio en 2013. El déficit público previsto es del -7,2% del PIB. El equilibrio de la
balanza corriente, aun siendo positivo, no implica que el sector exterior
disponga de la potencia precisa para producir por si mismo el crecimiento que la economía española
necesita. El hecho de que el déficit
corriente se reduzca a cero no significa que el crecimiento esté a la vuelta de
la esquina (Edward Hugh, “¿La contracción económica de España se ha hecho
perpetúa?”, A Fistful of Euros, 19.2.2013).
Ante la difícil situación de la economía
española, la política económica debería
poder aspirar a proteger y promover el producto potencial de la economía.
También resulta imprescindible establecer una estrategia de crecimiento que evite una recesión prolongada, actuando directamente para mantener la
demanda (R. Skydelsky y M. Miller, “Importa la reforma del lado de
la oferta- pero también la demanda”, FT.19.2. 2013).