Julio Rodríguez López[1]
2012 fue el ejercicio con mayor caída en los precios de la vivienda dentro de los cinco años que ya dura la crisis del mercado de vivienda en
España. En dicho año persistió la
reducción de la nueva oferta de viviendas. Destacaron los cambios en la
regulación, tanto en la fiscalidad de la vivienda como en la normativa bancaria
que más afecta al subsector inmobiliario. La tensión social por los desahucios
provocó la introducción de medidas de protección a los hogares más vulnerables. El año se cerró
con la creación del “banco malo”, del que
destaca tanto su amplia dimensión como la conveniencia de precisar una estrategia clara de actuación en 2013. Los factores
determinantes de la demanda de vivienda presentaron una evolución negativa en
2012. El fuerte retroceso
del empleo ha dado lugar a que a fines de 2012
hubiese en España 17,5 millones de hogares y 16,3 millones de
empleos. Las viviendas iniciadas se habrán situado en torno a las 45.000 y las terminadas se
habrán aproximado a las 135.000. El stock de viviendas de nueva
construcción a la venta se mantuvo en el entorno de las 700.000. En 2013 será decisiva la evolución
del crédito bancario para la evolución del mercado de vivienda. El “banco malo” administrará unos 89.000 pisos y unos 13 millones de metros
cuadrado de suelo. La presencia de Sareb en el mercado de vivienda será
un dato a considerar desde 2013.