01 marzo 2015

DE LA METAFISICA A LA COMUNIDAD DE MADRID Julio Rodríguez López[1]

  De forma algo abrupta, el PSOE  ha cambiado de candidato para  las próximas elecciones autonómicas, a celebrar en mayo de 2015. De un profesor de economía  con fuerte control del aparato de partido en Madrid pero con escaso “tirón” electoral, se ha pasado a presentar a un catedrático de Metafísica, el ex ministro Ángel Gabilondo. El gobierno de la Comunidad de Madrid  presenta notables complejidades, a la vista de las características de la autonomía madrileña. La llegada al poder autonómico de Esperanza Aguirre en 2003 supuso poner en marcha  una política extremadamente  neoliberal, que ha continuado el sucesor. La simultaneidad de tal política con  la crisis económica de 2008-2013 ha sido negativa para numerosos hogares madrileños, que han sufrido fuertes recortes en las prestaciones sociales básicas.

 Sobre una superficie de solo 8.028 kilómetros cuadrados, en la Comunidad de Madrid  viven 6,4 millones de habitantes en 182 municipios. Dicha población supone  el 13,8% de España. Sobre la misma superficie se obtiene un Producto Interior Bruto (PIB) equivalente al  17,9% del total nacional. La densidad de población de dicha comunidad está próxima a los 800 habitantes por kilómetro cuadrado, casi nueve veces más que la media de España (90 habitantes/km2),  muy por encima de los niveles de cada una  de las restantes  autonomías.  El PIB por habitante de la Comunidad de Madrid supera a la media nacional  en casi un 30%, solo por debajo del País Vasco (34,5%).

 La de Madrid es una autonomía  más desarrollada que la media de España, con una productividad relativa de su economía un 17,2% superior a la media nacional, superpoblada a todas luces, con unos precios medios de las viviendas casi un 40% por encima del precio medio de España. A primera vista se advierte que los problemas territoriales  deben de ser importantes, como lo confirma el que la necesidad de racionalizar el urbanismo de las grandes ciudades de esta Comunidad  fue una de las razones esgrimidas en 1982 para justificar la creación de la autonomía madrileña.

  Sin embargo, desde que en la Comunidad de Madrid gobierna el Partido Popular y, sobre todo, desde que Esperanza Aguirre accedió a dicho gobierno en 2003, no existe estrategia territorial alguna para el conjunto de dicha autonomía. La señora Aguirre avisó con claridad en dicho año  de la política que iba  a implantar.

  El gobierno Aguirre trató de modificar la ley de suelo  vigente desde la etapa de gobierno de Alberto Ruiz Gallardón. Ante  la oposición social al nuevo proyecto de ley, del que se advertía  que reducía las viviendas de protección oficial a construir, Aguirre optó por una vía alternativa. Esta consistió  en modificar de forma gradual dicha ley, introduciendo cambios   puntuales mediante decretos   urgentes y también a través de  las leyes de acompañamiento de los presupuestos  anuales de la Comunidad. Dichos  cambios redujeron las cesiones de suelo a realizar a los municipios por parte de los promotores. Se reforzaron así  los derechos de la propiedad del suelo frente al interés general. 

  Otra hazaña urbanística del actual gobierno de la Comunidad de Madrid es la Ley de Viviendas Rurales Sostenibles, que autoriza la construcción de viviendas de hasta 600 metros cuadrados en suelo rustico con la única limitación de que la finca tenga  una superficie mínima de 6 hectáreas. El propietario esta exento de realizar  cesiones al ayuntamiento y se puede autorizar con una simple licencia municipal. De este modo se degradarán  entornos naturales de elevado valor paisajistico.

 En materia impositiva, en una declaración de la entonces presidenta,  al inicio de su primer mandato, Aguirre   señaló que  los impuestos debían de reducirse en la Comunidad de Madrid “por principios y por convicción” (El País, 28.1.2003). En dicha línea,  el gobierno de Madrid redujo la presión fiscal, sobre todo la relativa al impuesto sobre la renta de las personas físicas y sobre el patrimonio, que no se paga de hecho en esta autonomía al fijar la autonomía  un tipo impositivo cero. 

El Partido Popular  buscó hacer de Madrid una especie de “oasis fiscal” en el centro de España. Esta política coincidió con los recortes impuestos por la crisis, a lo que se unió un claro intento de los “populares” de  privatizar la sanidad pública. Este último intento no ha llegado a desarrollarse del todo pues  encontró una fuerte oposición social y solo se detuvo ante  sentencias judiciales. 

Cambiar el injusto sistema fiscal del ejecutivo autonómico, frenar del todo la privatización de la sanidad pública, racionalizar el urbanismo madrileño, asediado por las grandes operaciones que los populares fomentan en Madrid (Chamartín, Campamento, edificio España, operación Manzanares, Cuarteles), corregir las consecuencias de los recortes sociales, erradicar las ventas de viviendas sociales públicas  a fondos de inversión, son algunos de  los principales retos de un gobierno de izquierdas  de la Comunidad de Madrid en la próxima legislatura.

 En el libro “Filosofía Económica” (Editorial Gredos, 1966), en el capítulo primero,  “Metafísica, moral y ciencia”, Joan Robinson señala que “lo característico de una proposición metafísica es que no puede justificarse, pero las expresiones metafísicas no están vacías de contenido, pues proporcionan asimismo un filón del que se pueden extraer hipótesis. No pertenecen al terreno de la ciencia y,  sin embargo,  le son necesarias”.

 Del dominio de la Metafísica por parte del nuevo candidato socialista para la Comunidad de Madrid cabe esperar aportaciones  para superar el mediocre y antisocial  perfil que la política autonómica ha presentado en los últimos años en esta autonomía. 

Una versión de este artículo se publicó en la revista semanal “El Siglo” de 2 de marzo de 2015






[1] JRL es miembro de Economistas frente a la Crisis. Fue vocal del Consejo Económico y Social de la Comunidad  de Madrid  en 2006-12, en representación del sindicato UGT