25 noviembre 2013

TRAS UN BREVE PERIODO DE RESCATE BANCARIO. TODO QUEDA PENDIENTE Julio Rodríguez López


   La dimisión de Rodrigo Rato en mayo de 2012 como presidente de Bankia/BFA marcó uno de los momentos más complicados para la economía española desde que se inició la crisis financiera y económica en el verano de 2007. Para impedir la quiebra de Bankia eran necesarios unos 19.000 millones de euros adicionales a los ya aportados a dicha entidad de crédito por parte del Frob (4.500 millones).

Los dos “Decretos Guindos” provocaron  un fuerte aumento de las provisiones y de las necesidades de capital  que deberían de llevar a cabo los bancos españoles. Se pretendía con los mismos clarificar la realidad de los balances activos de la banca española, efectuando para ello  un fuerte ajuste a la baja del valor de los activos relacionados con la actividad de promoción inmobiliaria.

  Dicho aumento de provisiones llegó a provocar que alguna entidad que presentó unos modestos beneficios en  2011 se situara en  2012 en   una posición de quiebra técnica tras la puesta en marcha de las nuevas  normas citadas. La nueva situación era, pues,  una  consecuencia  abrupta del impacto negativo sobre los resultados por las mayores exigencias legales de provisiones y de  capitalización.

  La prima de riesgo de la deuda española   alcanzó por aquellos días los niveles más elevados (unos 650 puntos básicos). Aprovechando el  inicio de la Copa de Europa de selecciones nacionales de futbol, el presidente del gobierno aludió, casi de pasada, a que el 25 de junio  se había solicitado abrir una línea de crédito con el Eurogrupo de 100.000 millones de euros.

El comentario del presidente del gobierno se hizo de  forma tan enfática que mas que indicar que se trataba de resolver una situación  delicada, parecía que se le hacia un favor al Eurogrupo al acceder  a efectuar la demanda de financiación en cuestión. El 9 de julio el Eurogrupo aprobó la concesión de la citada línea de crédito, por la cuantía citada y a un tipo de interés del 0,5%, a 12 años de plazo y con una importante carencia. 

El 20 de julio de 2012 Gobierno y Eurogrupo   firmaron  el “Memorándum de entendimiento” (Mou). Dicho documento incluía un compromiso de asistencia financiera para recapitalizar  y  reestructurar a las entidades de crédito españolas que lo precisasen. Se establecía toda una “hoja de ruta” para capitalizar a  las entidades de crédito más afectadas.

En segundo lugar,  el Mou incluía un conjunto de compromisos  concretos de modificación de la normativa española. Se creaba con dichos cambios  un marco jurídico para gestionar crisis bancarias, se alteraban  las competencias del Banco de España y del Frob, y obligaba a crear un “banco malo” (Sareb), o sociedad de gestión que adquiriese los activos problemáticos de los bancos. Las  adquisiciones de activos por parte de Sareb serían obligatorias para los bancos que recibiesen ayudas para su capitalización.

El trabajo previo de un consultor externo independiente, Oliver Wyman, apoyado en los datos aportados por las cuatro firmas auditoras más importantes, así como por el Banco de España sobre 36 millones de créditos,  junto a los  servicios de seis empresas tasadoras, permitió estimar las necesidades de capital del sistema financiero español. Dichas carencias de capital  oscilaban entre 25.900 millones y 53.745 millones de euros según se tratase del escenario “básico” o del “problemático”.
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Al final, y tras un amplio conjunto de actividades compensatorias, las necesidades de apelación a los fondos del Eurogrupo  quedaron por debajo de los 40.000 millones. Se  emplearon unos 38.000 millones en capitalizar los bancos de los grupos 1 y 2 precisados de aumentar el capital y también se usaron  2.500 millones de dicha “línea de crédito” para  aportar capital a Sareb, el banco malo.

Este último  adquirió  a los bancos  que necesitaban  capitalizarse  con ayudas públicas un amplio conjunto de    activos por un valor próximo a los 60.000 millones de euros. Los    recursos empleados para dichas compras procedían de de emisiones de títulos garantizados por el Estado, títulos que podían servir para conseguir financiación en el Banco Central Europeo (BCE).  

 El  origen real de dichos recursos ha sido, pues, el BCE. A fines de 2012 el Frob capitalizó  los bancos del Frob (Bankia, NCG Banco y Cataluña Caixa) y en febrero de 2013  hizo lo mismo con tres de los bancos del Grupo 2 (BMN., Liberbank y Caja 3). En las visitas a España de la "troika" (BCE, Comisión CE y FMI)  para comprobar el cumplimiento de  los compromisos asumidos por el gobierno español en el Mou se ha considerado como estabilizado al sistema bancario español.

Dicha estabilización se ha  apoyado en la recapitalización de  bancos que suponían el  20% del sistema bancario,  en la transferencia de  activos de tales bancos a Sareb y en las mejorías de la rentabilidad y de la solvencia del conjunto de entidades. El que en 2013 no se hayan efectuado unas provisiones del calibre de las efectuadas en 2012 reduce los meritos de la mencionada mejoría de las cuentas de resultados, en las que los márgenes siguen siendo muy ajustados.

Como temas pendientes aparecen, entre otros, la persistente e intensa reducción del crédito al sector privado de la economía española, el aumento de la morosidad bancaria, generalizado a todos los sectores productivos, el excesivo apalancamiento del sector privado no financiero y la falta de un proceso claro de ajuste en el mercado de vivienda..

Junto a  lo anterior, los resultados de numerosas entidades de crédito proceden sobre todo del arbitraje efectuado con la deuda pública española. Existen dudas  sobre la fuerte dependencia de dichas entidades  respecto de los mercados mayoristas de dinero. La ultima encuesta   del BCE sobre la de financiación a las pymes en la Eurozona  confirma que las condiciones crediticias de las pymes españolas siguen siendo  más gravosas que en el resto de la Eurozona y que persiste asimismo una situación de restricción crediticia para las mismas más acentuada en España.

En última instancia, el cumplimiento del Mou aporta alguna credibilidad a la economía española en el sentido de que se ha aportado capital a las entidades de crédito que revelaron carencias en el test de esfuerzo que efectuó la consultora Oliver Wyman., La mejora de solvencia no implica que esté garantizada la rentabilidad de las entidades de crédito. 
El cumplimiento real de las exigencias del MOU solo podrá comprobarse cuando haya pasado más tiempo. Después de aparecer como uno de los sistemas financieros mas variados en el tipo de entidades que actuaban en el mismo, en 2013 quedan 14 grupos bancarios de los que los tres primeros detentan el 70% de los activos.

Las visitas de inspección de la "troika" (BCE, Comisión  europea y FMI) han llamado la atención sobre   la dificultad de Sareb de competir con los bancos accionistas que están también tratando de vender como sea activos inmobiliarios. La morosidad,  el elevado desempleo, la presión de la  Comisión Europea para seguir acentuando los recortes, la persistente restricción crediticia   complican la salida definitiva de una crisis que  no ha acabado de  superar el sistema financiero español.