12 mayo 2014

LA RECUPERACIÓN ES COSA DE LAS VARIABLES FLUJO Julio Rodríguez López


  Las previsiones de primavera de la Comisión Europea han confirmado la presencia de un proceso de recuperación en la economía española. Según  tales previsiones, la economía española puede crecer a un ritmo del  1,1%  y del  2,1% en 2014 y 2015, respectivamente (-1,2% en 2013). La actividad productiva habría, pues, dejado de descender en España, después de seis años de prolongado retroceso, en los que la caída media anual del PIB  estuvo próxima al 1% y el empleo se redujo en un promedio anual del 3%.

El cambio de ciclo de la economía española, que se inició en la segunda mitad de 2013, no ha sido una evolución aislada, resultante de una política económica no precisamente expansiva.  Se trata “de una recuperación  más duradera que las registradas después de 2008, que está teniendo lugar en la Unión Europea y en la Eurozona” (Comisión Europea, European Economy, 3/2014). El mayor ritmo de aumento del comercio mundial también subraya el carácter generalizado de la recuperación a nivel mundial. El cambio que está sucediendo ahora en España se integra, pues,  en un proceso de recuperación  general que al fin ha llegado a la Eurozona.

 Los niveles de actividad y de empleo  del primer semestre de 2014 están todavía situados en España por debajo de fines de 2011, que fue cuando entró en funciones el actual gobierno. El cambio cíclico registrado desde 2013 por la actividad y el empleo tiene lugar  en un contexto de inflación reducida, de superávit exterior y de  constante aumento de la deuda pública.

 Tras crecer  a un ritmo intertrimestral del 0,4% en el primer trimestre de 2014, el PIB de España está ahora  un 6,8% por debajo del nivel correspondiente al primer trimestre de 2008, último periodo de crecimiento  inmediatamente anterior a la última recesión. Asimismo, el PIB de España está  situado  un 17,3% por debajo del volumen que habría alcanzado de haber mantenido una modesta  tendencia de crecimiento del 2% anual después del periodo citado de 2008.  De continuar creciendo el PIB a un ritmo similar al del primer trimestre de 2014, podría alcanzarse   el nivel  de actividad previo a la crisis en el tercer trimestre de 2015.

  En materia de empleo,  en  2014 la distancia respecto de los niveles  previos a la crisis resulta bastante más acusada que en el caso del PIB. Los empleos EPA han disminuido en  casi 3,7 millones desde el principio de 2008 hasta el primer trimestre de 2014, un 18,5% en seis años. Para alcanzar el nivel de empleo perdido sería preciso crear durante diez años consecutivos un volumen  medio anual de 370.000 puestos de trabajo, esto es, el empleo debería aumentar en dicho periodo en torno al 2% anual, evolución que parece difícil de lograr. La previsión de la Comisión Europea   sobre  el empleo en España para  2014 y  2015 es de una variación anual del 0,4% y del 1,2%, respectivamente, muy lejos de las tasas necesarias para recuperar el empleo perdido.

  En 2014 se recuperan con moderación las magnitudes flujo (actividad, consumo), mientras que la evolución de las magnitudes stock (empleo, paro) resulta más problemática. La situación por la que ha atravesado la economía española entre 2007 y 2013   no ha sido la de una recesión ordinaria. En dicho periodo ha habido  problemas de solvencia en los  sectores público y privado, han desaparecido cientos de miles de empresas, han disminuido las prestaciones sociales   y ha tenido lugar una  crisis bancaria que se ha llevado por delante a las cajas de ahorros, la mitad del sistema financiero en 2007. “Los flujos determinan como se sienten los inversores, los stocks determinan como se siente la gente” (Wolfgang Munchau, “Confidence is a  poor measure of economic  health”, FT, 27.4.2014).

 Una recesión tan prolongada como la sufrida por la economía española expulsa del mercado de trabajo a bastantes personas, como lo refleja la caída de la población activa y el aumento de los inactivos. Así, en el último trimestre de  2007  la tasa de empleo en España (ocupados por población de 16 y mas años) era del 54,38%. En el primer trimestre de 2014 dicha tasa en cuestión era solo del  44,06%.

 La recuperación de la actividad económica y del empleo tendrá que prolongarse  durante bastante tiempo hasta llegar a alcanzar el punto de partida, en este caso  el primer trimestre de 2008. Al  ritmo de la recuperación de  2014 el retorno al empleo del pasado pre-crisis se puede prolongar durante  toda una generación.

En todo caso, España necesita crecer más. Para ello resulta imprescindible, en primer lugar, que se produzca una expansión mayor del crédito bancario. La ayuda directa y fiscal a los bancos ha sido impresionante. En segundo lugar, resulta imprescindible el ingrediente adicional del papel dinamizador del Banco Central Europeo, que tiene un amplio margen a desarrollar (Santiago Carbó, “De toboganes y de crédito”, El País, 6.5.2014).

El papel hasta ahora desempeñado por dicho banco central  no es comparable con el de otros bancos centrales, casos de Estados Unidos y Japón. Por último,  no se debe de perder de vista el papel del tipo de cambio. El euro  se ha fortalecido en más de un 6% en abril de 2014 sobre el dólar  respecto del año anterior. Resulta difícil competir con el resto del mundo con un precio del euro próximo a los 1,40 dólares, precio que convierte en inútiles  los esfuerzos que supone la devaluación interna.

Una versión mas reducida de este articulo se ha publicado en la revista El Siglo de 12.5.2014