A fines de junio
de 2015 el INE publicó los denominados “Indicadores Urbanos”, de acuerdo con la
metodología del proyecto europeo, ”Urban Audit”, de la Dirección General de
Política Regional y Urbana de la
Comisión Europea. Dicho proyecto pretende recoger información continua de
contenido socioeconómico sobre las
condiciones de vida en las ciudades de la Unión Europea.
El proyecto presta especial atención al
fenómeno urbano, al creciente grado de urbanización de la población y subraya
el papel motor del crecimiento de las ciudades. El trabajo se inició en 1998 y se realiza a partir de ciclos
de tres años. En principio se recogió información sobre unas 300 variables
representativas del nivel de vida de las ciudades. Después se ha
simplificado el conjunto de variables incluidas, representadas mediante 63 indicadores.
El proyecto de Indicadores Urbanos del INE
se apoya en los centros urbanos, englobados en 109 ciudades españolas de más de
50.000 habitantes. Se han establecido tres categorías adicionales:
Conurbaciones (hay dos), cuando los centros afectan a más de un municipio, Áreas
Urbanas Funcionales (32), cuando desde varios municipios limítrofes se producen desplazamientos a la ciudad
cabeza del área, y Subdivisiones de las
Ciudades (17).
El INE ha establecido 34 indicadores anuales
para cada una de las 109 ciudades seleccionadas. Estos se refieren sobre todo a
la población, a los hogares, al número de viviendas existentes, a las principales variables demográficas, al
empleo, a la renta media anual de los hogares, a los niveles educativos, a los
desplazamientos para ir al trabajo, a
las plazas hoteleras disponibles y a las pernoctaciones.
En el caso de España
destacan los indicadores relativos a la
evolución de la población entre 15 y 64 años, que ha permanecido estabilizada
entre 2010 y 2014. La edad media de la población española era de 41,8 años en
2014, dos más que en 2010. La proporción
de viviendas vacías ascendía al 13,7% en 2011. La tasa media de paro en 2014
fue del 24,4% y la renta media neta anual por hogar, obtenida a partir de la
Agencia Tributaria (sin incluir, pues, a los territorios forales, País Vasco y
Navarra) y de las estimaciones de hogares ascendió a 27.747 euros en 2012.
Las variables económicas más representativas
son, pues, las correspondientes a la renta neta media por hogar y a la tasa
media anual de paro registrado sobre la población activa. La ciudad con mayor nivel
de renta por hogar y con menos tasa de paro de entre las 109 seleccionadas es Pozuelo de Alarcón (84.360 habitantes en
2014), ciudad vecina de Madrid. La renta neta media anual de esta ciudad se elevó a 54.544 euros en 2012
y la tasa media de desempleo en 2014 fue
el 9,4%.
El último lugar por ingresos medios familiares
correspondió a Torrevieja (Alicante), con
7.986 euros por hogar, 30% de desempleo.
La mayor tasa de paro fue la de Sanlúcar de Barrameda, con el 49,6% de
los activos. Las dos ciudades situadas en los extremos en cuanto a nivel de
ingresos familiares, Pozuelo y Torrevieja, presentan algunos rasgos destacados.
Pozuelo es una ciudad con una base productiva débil, donde las viviendas alcanzan unos precios elevados
(2500 euros/m2, los más altos de la
Comunidad de Madrid, los segundos de España, según la estadística de valores de
tasación del Mº de Fomento para el primer trimestre de 2015). La población que reside en dicha ciudad tiene una tasa
elevada de empleo (hay 27.328 hogares y 60.000 afiliaciones a la seguridad
social). Los datos positivos emanan del
alto nivel de vida de los hogares que compran las caras viviendas
del lugar, pues los empleos escasean.
En Pozuelo se produce más bien poco
y, según Fedea, es la segunda ciudad con
más desigualdad de España: el 20% de los hogares con rentas más elevadas
acumula el 64,1% de la renta disponible local, mientras que al quintil más reducido
corresponde solo el 3% de la renta neta absoluta citada.
Torrevieja, la última de las 109 ciudades en
cuanto a renta por hogar según el INE, es una ciudad en la que se ha calificado
como de urbanizable residencial a prácticamente todo el suelo municipal. Mientras
se construían nuevas viviendas, el nivel
de empleo se mantuvo elevado. En cuanto se acabó el término municipal sin
edificar, descendió la nueva construcción y sobreviven los empleos ligados a la
restauración y a la hostelería, que no tienen
precisamente una elevada remuneración.
Los propietarios de segundas viviendas en Torrevieja y los turistas que van
por allí liquidan el impuesto sobre la renta de las personas físicas en los
lugares de residencia habitual. Hay, pues, un divorcio entre el nivel de gasto de los visitantes y los
ingresos de los residentes habituales. Es el ejemplo perfecto del urbanismo que
no hay que hacer, un urbanismo depredador que deja a una ciudad sin actividades
productivas alternativas a las migajas del turismo,
Volviendo a Pozuelo, no todo son allí ventajas. En dicha ciudad destaca el menor
nivel de España de personas que va andando a trabajar (5,7% frente al 12,8% de
España) y es una de las ciudades en las que más se tarda en llegar al lugar de
trabajo (28 minutos, frente a 22,3 de media de España). Algo tienen que soportar
los opulentos.
Una versión de este artículo se publicó
en la revista El Siglo, de 20 de julio de 2015.
[1] JRL es
miembro de Economistas Frente a la Crisis y Vocal del Consejo Superior de
Estadística del INE
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