En 2016
la autonomía de Madrid alcanzo un nivel de PIB por habitante (concepto
aproximado al de renta per cápita) del 136,5% (España=100), el primer puesto
entre las comunidades autónomas. La autonomía situada en último lugar fue
Extremadura, con un nivel del 68,3%, esto es, 31,7 puntos porcentuales por
debajo de la media.
En un trabajo publicado por el Banco de España
en el pasado mes de septiembre de 2017, “Convergencia regional en España,
1980-2015”, cuyo autor es Sergio Puente, se analizó la evolución seguida por la
convergencia entre las diferentes autonomías en el periodo citado. La principal
conclusión de dicho trabajo es que la concentración de capital público y
privado en las autonomías más pobres es
un factor destacado en el logro de una mayor convergencia interregional.
Entre 1997 y 2007 tuvo lugar un fuerte
aumento del nivel de PIB por habitante en España, proceso al que siguió una
profunda recesión. A pesar de la recuperación experimentada después de 2013, en
2016 no se había alcanzado todavía el nivel de PIB por habitante de 2007. Dicha
evolución revela la profundidad
alcanzada por la recesión posterior a la “burbuja” inmobiliaria, tanto en España como entre las autonomías.
En comparación con el resto de países de la
Unión Europea (UE), las divergencias de nivel de desarrollo de las diferentes
regiones españolas no resultan especialmente acusadas. En materia de PIB por
habitante la dispersión media en España en
2014 era del 21% del nivel medio
de PIB, mientras que en la UE dicha dispersión
era del 38%.
En los 25 años del periodo analizado en el
trabajo mencionado, ha existido en España una convergencia muy moderada. Dicha evolución se correlaciona con tres factores: la
productividad del trabajo, el nivel de ocupación (la inversa del desempleo) y
la tasa de actividad de la población (la proporción de población que trabaja o que busca activamente
empleo). La productividad del empleo ha crecido en las autonomías menos
desarrolladas. El desempleo ha ejercido una influencia débil sobre el nivel de
paro, esto es, más parados han provocado más paro, aunque la relación haya
resultado débil.
La productividad
del factor trabajo viene a ser la variable más relevante a la hora de explicar
la moderada convergencia observada entre las regiones españolas en el periodo
objeto de análisis. En el trabajo mencionado se ha analizado la incidencia de los componentes de
dicha variable, esto es, la productividad total de los factores y la relación
capital /trabajo.
La acumulación
de capital, privado y público, en las autonomías menos desarrolladas, ha
desempeñado un papel destacado en la convergencia producida entre las
comunidades autónomas, resultando más relevante la incidencia del capital
privado. La situación relativa del mercado de trabajo no ha ayudado a mejorar
la convergencia.
Las diferencia salariales no han contribuido al
logro de una mayor convergencia, a pesar de las significativas diferencias
existentes En el tercer trimestre de 2017 la autonomía del País Vasco tenía el nivel salarial más
alto, 2.200 euros por persona y mes, frente a los 1.488 euros de Extremadura,
que tenía el nivel salarial más reducido.
Este articulo se publicó en la revista digital "El Siglo de Europa" el 9 de marzo de 2018
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