25 abril 2015

CONTABILIDAD REGIONAL DE ESPAÑA. ENTRE MADRID Y EXTREMADURA Julio Rodríguez López

  En marzo de 2015 el INE publicó la primera edición de la Contabilidad Regional de España de 2014. Dicha publicación recoge la distribución autonómica y provincial   de los principales agregados macroeconómicos. Las disparidades de nivel de desarrollo económico continúan siendo relevantes en España. No se advierte apenas que el estado de las autonomías  haya contribuido a reducir tales diferencias. La crisis  ha dejado huella en todos los territorios, advirtiéndose asimismo la trascendencia de la composición de la oferta productiva a la hora de  hacer frente a situaciones complicadas.

  Según el INE, la primera autonomía de España en cuanto a participación en el PIB en 2014 fue  Cataluña, que  obtuvo el 18,9% del PIB en 2014, seguida de cerca  por Madrid con el 18,7%. Cataluña fue también la primera en empleo, con 3,3 millones de puestos de trabajo, seguida por Madrid con 3,1 millones, siempre en 2014. En cuanto a la población, Andalucía fue la primera autonomía, con 8,4 millones de habitantes, el 18,1% del total, seguida por Cataluña, que tenía  en dicho año 7,4 millones de habitantes, el 16,9% del total de España.

  El nivel de desarrollo territorial se aproxima, con bastante inexactitud por cierto, por medio del PIB por habitante. En este sentido destacó la Comunidad de Madrid, en la que el nivel de dicha magnitud en 2014 fue de 31.000 euros por habitantes, un 36,1% por encima de la media de España. Le siguió  el País Vasco, con el 30,3%  sobre la media nacional. Los niveles más reducidos de grado de desarrollo fueron los de Extremadura, con 15.757 euros por habitante, un 30,9% por debajo de la media nacional, seguida en dicha “cola” por Andalucía, autonomía esta última en la que el PIB por habitante estuvo  situado un 25,9% por debajo de la media nacional en 2014.

 La renta  disponible por habitante refleja las consecuencias de la acción redistributiva  estatal, a través sobre todo de la fiscalidad, prestaciones sociales y otras transferencias. Los efectos benéficos del cupo vasco se advierten en el primer puesto que el País Vasco alcanza en el nivel de dicha magnitud. De la comparación entre  el PIB por habitante y la Renta Disponible de los hogares por habitante se deriva  que son las autonomías de Asturias y Extremadura las más favorecidas relativamente por dicha acción estatal, mientras que Madrid  y Rioja son las más perjudicadas por el juego de transferencias y fiscalidad. 

 La serie a precios constantes del PIB a precios de mercado permite analizar el diferente impacto que la crisis económica ha tenido en las diferentes autonomías. En 2014 las autonomías que habían sufrido la mayor caída de la actividad productiva respecto de 2007, año de inicio de  la crisis,  fueron las de Asturias (-9,2% fue el retroceso real del PIB de 2014 sobre el de 2007), junto a  Valencia y Cantabria  (-8,1%). La menor  incidencia de la crisis correspondió a Madrid (-0,9%) y Baleares (-1,8%).

La información estadística disponible revela que el impacto de la crisis ha sido mayor en los territorios especializados en actividades muy cíclicas y de baja productividad, como la construcción, servicios auxiliares y servicios al consumo, junto con un modelo de urbanización dispersa intensivo en uso de suelo y recursos naturales (Ricardo Méndez, “Geografía de la crisis”, Alternativas Económicas, abril 2015).

El nivel de PIB por habitante resulta de los niveles de dos magnitudes, la productividad sectorial por persona ocupada y el número de empleos respecto de la población. En el caso de la primera autonomía en PIB por habitante, Madrid, la productividad sectorial media  superó en 2014 a la de España en un 10,2%, mientras que Extremadura, la última autonomía, estuvo  un 13,5% por debajo de la media española.

 La disparidad es mayor en cuanto a densidad  de empleo. Así, en número de empleos por habitante, Madrid supera a la media en un 23,5%, mientras que Extremadura está un 20% por  debajo. De esta comparación se deduce que el nivel de empleo, en gran medida derivado de la existencia de empresas, es la variable básica a la hora de explicar las diferencias existentes en cuanto a nivel de desarrollo.

 La composición de la oferta también importa. El peso de la industria en el PIB mide el grado de sofisticación de la base productiva, por la incidencia que dicho sector tiene sobre otras actividades y por el impacto tecnológico del mismo. En tres autonomías del norte de España, Navarra, Rioja y País Vasco, destacó la significativa presencia de la industria en el conjunto del valor añadido, que en el caso navarro se aproximó al 29% del PIB, muy por  encima de la media española del 16%. La menor presencia industrial correspondió  a las islas, Canarias (7,9%) y Baleares (6,8%), precedidas por Madrid (9,9%) y  Andalucía (11,7%), donde la especulación y el ladrillo  son los  mayores enemigos de dicha actividad..

   La Contabilidad Regional de España aporta información para estimar los valores de las productividades por persona ocupada de las diferentes ramas de actividad. Según dicha estimación, las ramas con niveles más elevados de dicha magnitud son las de  “servicios inmobiliarios”, “información y comunicaciones” e “industria”. Por debajo de la media sectorial aparecen las ramas de actividad de  “construcción”,  “servicios de no mercado” (básicamente administraciones públicas), y la heterogénea rama de actividad de “Comercio, Transportes y Hostelería”. Los  dos últimos bloques de actividad son abundantes en las autonomías que ocupan los puestos más bajos en cuanto a nivel de desarrollo.

La aproximación territorial a la realidad económica española es poco abundante en España, posiblemente por tratarse de un marco en el que inciden más  las administraciones autonómicas y locales, que gozan de escaso “glamour” entre los estudiosos de la economía. Dicho análisis permite explicar mejor las razones de la persistencia en el subdesarrollo de algunos territorios de España.

Una versión de este artículo se publicó en la revista “El Siglo de Europa” de 27 de abril de 2015





[1] JRL es miembro de Economistas frente a la Crisis y  Vocal del Consejo Superior de Estadística

23 abril 2015

La encuesta continua de hogares del INE confirma la tendencia al alza del alquiler. Julio Rodriguez López

La encuesta continua de hogares del INE ha confirmado que en  2014 persistió  la tendencia creciente del mercado de alquiler en España.Los resultados de dicha encuesta son equivalentes a los obtenidos en la encuesta de condiciones de vida del INE.

En dicho ejercicio, la proporción de hogares  que residía en viviendas de alquiler ascendió al 16,6% de todas las viviendas principales, medio punto porcentual por encima de la proporción del año precedente. La mayor presencia del alquiler  fue la de la autonomía de las Islas Baleares, con un 26,5%, y la menor fue la de Extremadura, con el 9,5%. Por lo general el alquiler es un fenómeno urbano, mientras que en el mundo mas rural  los hogares no conciben el acceso por vías distintas a la propiedad. 

Las condiciones laborales de España en 2015 conducen a que los nuevos hogares no puedan generar ahorro como para adquirir  una vivienda en propiedad, apareciendo el alquiler como la única vía para encontrar alojamiento.

El problema aparece porque en numerosas ciudades españolas no ha habido  apenas mercado de alquiler durante mucho tiempo.La política de vivienda, cuando vuelva a reaparecer, deberá atender a satisfacer dicha demanda de alquiler.. Dicha situación dificulta la emancipación de los jóvenes respecto de los hogares familiares.

13 abril 2015

LA CONSTRUCCION RESIDENCIAL VOLVERÁ A CRECER EN 2015 Julio Rodríguez López

  El mercado de vivienda presentó en 2014  en España indicios de cambio hacia una situación de mayor dinamismo de las  transacciones y de  los precios de venta. El crecimiento neto del empleo, la mejoría  en las condiciones de financiación, junto a la presencia en el mercado de inversores individuales  e institucionales, fueron los factores más dinámicos del cambio. Sin embargo, la reacción al alza de la nueva oferta fue modesta, pues el  total de viviendas iniciadas no alcanzó las 35.000.

 En 2014 aparecieron indicios de potenciales recalentamientos puntuales del mercado, derivados de la presencia de fondos de inversión dotados de abundante liquidez y también por la menor exigencia de garantías por parte de los bancos. Estos últimos han vuelto a financiar compras de suelo y también han  llegado con frecuencia  al 100% en  la relación préstamo/valor en los nuevos préstamos.

 En 2015  el mercado de vivienda se aproximará hacia una situación  más normalizada. La evolución del mercado de trabajo será decisiva en el comportamiento de la recuperación de dicho mercado. El fuerte aumento registrado en enero por  los visados de dirección de obra nueva (aparejadores) puede ser indicio de una significativa recuperación de la oferta de nuevas viviendas.

  El peso de la vivienda dentro de la construcción descendió desde el 55,7% en 2007 hasta el 43,4% en 2014, que es todavía una participación significativa. La recuperación de la edificación residencial contribuirá a que el sector de la construcción registre una variación positiva en 2015. Dicho sector vio disminuir  su peso en el PIB desde el 21,1% en 2007, por el lado de la demanda,  hasta solo el 10,9% en 2014.

      La coyuntura económica española permitió crear nuevos  empleos en 2014, que fueron en gran parte empleos temporales y a tiempo parcial, con una baja retribución.  Los nuevos empleos no permiten generar, pues,  el ahorro preciso para el acceso a la vivienda en propiedad.  Una parte importante de la demanda de vivienda  se  ha desviado hacia el alquiler, siendo frecuente la escasez de oferta de este tipo de vivienda en numerosos mercados locales.

  El esfuerzo teórico medio de acceso a una vivienda en 2014 en el caso del asalariado mileurista neto superó el 60% del salario citado tanto en el alquiler como en la propiedad. En el inicio de la recuperación cíclica el esfuerzo de acceso a la vivienda para los nuevos asalariados supera ampliamente a lo que se considera es un esfuerzo normal, esto es, la tercera parte de los ingresos. Ello anticipa más problemas de acceso a la vivienda conforme actividad y demanda  se sitúen en niveles  más elevados.

Este articulo se publicó en el diario El País el 5 de abril de 2015



[1] JRL es miembro de Economistas frente a la Crisis  y vocal del Consejo Superior de Estadística

AMENAZAS A LA RECUPERACION DE LA ECONOMIA MUNDIAL Julio Rodríguez López

Las mejores previsiones de crecimiento para 2015 publicadas por algunos organismos internacionales, como la OCDE, la Comisión Europea y el Banco Central Europeo se  han visto contrarrestadas por el aviso del Fondo Monetario Internacional (FMI) acerca de una posible situación de “estancamiento secular” entre 2015 Y 2020.  
    
 El Informe Económico Provisional de la OCDE (OCDE, 2015) elevó desde el 3,7% hasta el 4% la previsión de crecimiento de la economía mundial en 2015.  En el caso de Estados Unidos dicha previsión seria de un aumento del PIB del 3,1%, mientras que en la Eurozona el ritmo citado se aceleraría desde el 0,9% previsto inicialmente hasta el 1,4%.

  En la evolución económica general destaca la presencia de unos tipos de interés muy reducidos.  Esto último acentúa la intensidad de las fluctuaciones de los tipos de cambio y de los precios de los activos. Los precios a la baja de la energía refuerzan la aceleración del crecimiento. La presión bajista de los precios permite a los bancos centrales reforzar la expansión de la demanda.

 Las políticas monetarias de signo expansivo  pueden conducir a unos tipos de interés muy reducidos durante periodos de tiempo prolongados. Ello conduce a subvalorar los riesgos y a acentuar, como ya se ha indicado, las fluctuaciones de los tipos de cambio.   
  El tipo de interés real de equilibrio ahorro-inversión  ha descendido. Los bancos centrales han respondido reduciendo los tipos de interés nominales que controlan. Hay un excedente de ahorro y una escasez de proyectos de inversión. La fuerte expansión del crédito al sector privado observada antes de la crisis fue la forma bajo la cual los bancos centrales  sostuvieron la demanda en un contexto de debilidad de esta variable.

  Una nueva elevación de los tipos de interés, nominales y reales, requeriría de una importante expansión de la demanda de inversión, de una acusada caída del ahorro y de un declive de la aversión al riesgo ahora existente, circunstancias que no van a producirse a corto plazo. “Los bajos tipos de interés no son, pues, la resultante de un complot por parte de los bancos centrales, sino de las fuerzas contractivas de la economía mundial” (M. Wolf, “Strong current that keep interest rates down”, FT, 17.3.2015).

  Las previsiones de la Comisión de la UE  apuntaban también  hacia una mayor intensidad en la recuperación de la Eurozona. Además de observarse una elevación de los pedidos empresariales desde el inicio de 2015, los precios del petróleo han descendido en casi un 52% en enero-febrero de 2015 sobre el año precedente, en el caso del  bruto del Mar del Norte. 

  El declive del euro frente al dólar también ha contribuido a fortalecer las exportaciones fuera de la Eurozona y  ha ayudado a aumentar el precio de los inputs y a frenar el descenso de los precios. El tipo medio de cambio del euro  en febrero de 2015 fue de 1,135 dólares, un 17% por debajo de la cotización de mismo mes de 2014.

  El mayor impacto de la inyección de liquidez por parte del  BCE consistirá en el compromiso implícito  de mantener los tipos de interés en un nivel reducido en tanto persista dicho programa, esto es, hasta septiembre de 2016. El descenso del tipo de cambio del euro frente al dólar será la segunda consecuencia, efecto que  no tiene porqué ser permanente.

  El tercer efecto será el del reequilibrio de la cartera. Quien venda bonos y obtenga liquidez tendrá que poner dicho dinero en alguna parte, como puede ser en la economía real. “No se conocerá el impacto de la inyección de liquidez hasta que se tenga evidencia de cómo se transmite dicha política a la economía real” (W, Munchau, ”The sucess of eurozone QE relies on a confidence trick”, FT, 22.3.2015). Los bancos han mejorado de forma sustancial su oferta de crédito tras la implantación de la medida del BCE. Y las burbujas en los precios de las acciones   y de los activos inmobiliarios están a la vuelta de la esquina.

  En la semana del 13 al 19 de abril , en su reunión de primavera,  el FMI advertirá  que  las principales economías mundiales deberán prepararse para un periodo prolongado de bajo crecimiento. En los países desarrollados el PIB potencial  crecerá solo en un  1,6% entre 2015 y 2020, por debajo de las tasas de crecimiento previas a la crisis. La desaceleración será mayor en las economías emergentes.

  Según el FMI la pasada crisis financiera fue peor que las “tormentas” previas y frenó el ritmo al cual pueden crecer  las economías. Las raíces  de esta evolución van más allá de 2008 y se apoyan en causas tales como  el envejecimiento de la población y  la desaceleración del aumento de la productividad en los países emergentes.
  El FMI recomienda a los países desarrollados apoyar un mayor crecimiento de la inversión, y les recuerda que tendrán así más problemas para reducir los niveles de deuda. Las nuevas previsiones no dejaran de afectar a la economía española, que crece más pero que está lejos de frenar el continuo crecimiento de la deuda pública.

Una versión de este artículo se publicó en la revista semanal “El Siglo de Europa”, de 13 de abril de 2015



[1] JRL es miembro de Economistas Frente a la Crisis  y vocal del Consejo Superior de Estadística