03 abril 2016

ESPAÑA. LA DEMANDA INTERNA SERA MENOS PUJANTE EN 2016 Julio Rodríguez López

  Los últimos datos publicados de la Contabilidad Nacional Trimestral de España confirmaron que la economía española creció un 3,2% en 2015, por encima del 1,4% del año precedente. Sin embargo, el PIB  del último trimestre de 2015 todavía fue inferior en un 3,8% al alcanzado en el punto más elevado de la fase de expansión previa, que correspondió al segundo trimestre de 2008. El nivel de empleo, según la Encuesta de Población Activa, resultaba bastante más lejano que la producción respecto del nivel alcanzado en el periodo citado (-12,4%).

  El  crecimiento de la economía española en 2015 superó, pues,  ampliamente,  al 1,5% de la Eurozona. La expansión económica española estuvo impulsada sobre todo por la demanda interna, que creció un 3,7% en 2015, en la que destacó el crecimiento del consumo privado (3,1%) y la formación bruta de capital fijo (6,4%),  donde la construcción contribuyó al crecimiento tras un largo periodo de detracciones al mismo.

  El sector exterior quitó 0,5 puntos porcentuales al crecimiento de la economía, ante la mayor expansión de las importaciones (7,5%) respecto de las exportaciones  (5,4%).  Las administraciones publicas también contribuyeron al crecimiento de forma directa (el consumo público aumentó un 2,7%), aunque dicha actuación, unida a algunas  reducciones fiscales de corte electoralista, contribuyeron a que el déficit publico superase en un punto porcentual  al previsto en el Plan de Estabilidad enviado a la Comisión de la Unión Europea (el 5,2% del PIB frente al 4,2% previsto en dicho Plan, consecuencia del mayor déficit  de las comunidades autónomas y de la Seguridad Social, aparte de la rebaja fiscal citada).

  El empleo (ocupados EPA) aumentó en un 3% en 2015 (1,2% en 2014), correspondiente a 525.000 nuevos empleos. Dicha variación superó ampliamente a la de la Eurozona (1%). El número de asalariados creció en el año en un 3,5%, correspondiendo una variación del 9,5% a los empleos temporales y un 1,6% a los empleos indefinidos. Los empleos temporales suponían el 25,7% del empleo asalariado al terminar 2015.

   Andalucía fue la autonomía que registró el mayor aumento del empleo, el 5,1%, y Cantabria fue la única comunidad autónoma en la que retrocedió el empleo (-0,4%). Por sectores y ramas de actividad, destacó el incremento del empleo en Comercio-Hostelería (4,1%),  en Transportes y Comunicaciones (4,6%) y Administraciones Públicas (3%). En el caso andaluz destacaron los aumentos producidos en el empleo agrícola, en comercio-hostelería, en construcción  y en los servicios inmobiliarios. 

 La afiliación a la seguridad social creció en 2015 en un 3,2%, 3,8% en el régimen general y 1,3% en el régimen de autónomos. Con una variación del PIB del 3,2% y otra del empleo del 3%, la productividad aparente del empleo volvió a registrar un aumento modesto en 2015 (0,2%). La tasa de desempleo ascendió al 20,9% en el cuarto trimestre de 2015, 2,8 puntos porcentuales por debajo del mismo periodo de 2014. La mayor tasa de paro fue la de Andalucía, el 29,6% de los activos, y la menor la del País Vasco (12,9%).

  En 2015 destacó la presencia de un superávit de 16.700 millones de euros en la balanza de pagos por cuenta corriente, equivalente al 1,5% del PIB. Dicha evolución ayudó a reducir el elevado endeudamiento exterior de la economía española, más del 92% del PIB. Dicho superávit tuvo lugar en una situación de expansión significativa de la demanda interna de la economía española. A dicha evolución contribuyó el fuerte descenso de los precios del petróleo, que redujo en 16.700 millones de euros la factura de las compras  correspondientes, junto a la reducción de los intereses pagados por la deuda externa.

También contribuyeron al superávit citado, entre otros factores,  el más favorable tipo de cambio del euro frente al dólar, la persistente expansión del turismo y las exportaciones de automóviles, que contribuyeron en más de dos puntos al aumento de las exportaciones de mercancías. Cabe esperar que persista  el esfuerzo exportador efectuado en los años de recesión y que ha continuado con la recuperación de la economía española. En 2007 las exportaciones de mercancías y servicios ascendían al 25,7% del PIB, mientras que dicha proporción fue del 33,1% en 2015.

   La previsión sobre la economía española en 2016 es de un crecimiento del PIB del 2,7%, desaceleración explicada sobre todo por la demanda interna, cuyo crecimiento sería del 2,9%. El mercado de vivienda, donde en 2015 las ventas aumentaron en un 10% y las viviendas iniciadas lo hicieron en un 42,5%, puede ser un factor relevante en el crecimiento de 2016. El resto del mundo detraería  0,2 puntos porcentuales  al crecimiento,  al reducirse la expansión de las importaciones.

 Algunos factores que empujaron el crecimiento en 2015 tendrán menos fuerza en 2016. El Banco de España ha rebajado levemente la previsión de crecimiento. Se trata de que la política ayude a la economía, impulsando la formación durante  abril de este año de un nuevo gobierno que aporte continuidad a la expansión y ayude a corregir las desigualdades generadas en los últimos años.


Una versión de este articulo se publicó en la revista semanal El Siglo de Europa de 4.4.2016






[1] JRL es Vocal del Consejo Superior de Estadística y miembro de Economistas Frente a la Crisis