01 octubre 2013

LENTA RECUPERACIÓN DE LA ACTIVIDAD. PERSISTENCIA DE LA CRISIS Julio Rodríguez López


   Según el FMI, el PIB de la economía mundial mantendrá en 2013 un ritmo de crecimiento del 3,1%, similar al del año precedente. Se estabilizará a nivel de 2012 el ritmo de crecimiento de los países emergentes, que han rebajado el perfil expansivo que  venían manteniendo desde hace algún tiempo.

Las economías avanzadas persistirán en 2013 en un bajo ritmo de crecimiento (1,2%), consecuencia de las políticas de ajuste fiscal de control del  déficit público y de  la deuda. El acuerdo de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) de 18 de septiembre de mantener la política monetaria expansiva, centrada  en la compra de activos financieros en poder de las entidades de crédito, ha supuesto un respiro momentáneo a los mercados de capitales.

El elevado desempleo en Estados Unidos (6,5%)  fue relevante para que la Fed adoptase  la medida en cuestión.  El PIB de dicho país crecerá en el entorno del 2% en 2013. El descenso previsto del PIB de la Eurozona en 2013  (-0,3%) se debe al efecto-arrastre de 2012. En el primer semestre de este año la economía de dicha área ha crecido ligeramente, lo que se puede prolongar en la segunda parte de 2013. Dicha recuperación de la Eurozona en 2013  se ha apoyado algo en la demanda interna y, sobre todo, en la aportación del resto del mundo. El carácter acomodaticio de la política monetaria desarrollada por el Banco Central Europeo y la  política fiscal menos restrictiva frenaron la caída de la demanda interna en 2013.

 La previsión de variación del PIB de la economía española en 2013 es de un retroceso del -1,3 (-1,6% en 2012). La  información disponible apunta a que dicha magnitud puede registrar una variación ligeramente positiva en el segundo semestre del año, en línea con el resto de la Eurozona.

 El PIB de España descendió en los dos primeros trimestres de 2013.  La intensidad de las  caídas de la actividad trimestral ha ido reduciéndose de forma gradual. Dicha magnitud ha disminuido durante ocho trimestres consecutivos, por lo que  se situó en el segundo trimestre de 2013 un -7,5% por debajo del nivel del  primer trimestre de 2008, al inicio de la crisis. Asimismo, el PIB está un 16,6% por debajo del nivel que se hubiese alcanzado de mantener dicha economía una tendencia de crecimiento moderado  del 2% anual. 

   El menor retroceso del PIB de 2013 se ha conseguido por la aportación  al crecimiento del sector exterior en 2,1 puntos porcentuales, ayudado por el comportamiento menos negativo de la demanda interior.   El negativo comportamiento interanual de la demanda interna (-3,4% es la variación prevista para 2013) ha estado acompañado de un persistente descenso del crédito de las entidades financieras, el -13% en julio de 2013 respecto de 2012. El aumento de la tasa de morosidad de dichos créditos no se ha interrumpido,  aproximándose  al 12% en junio de 2013.

La debilidad de las importaciones y la pujanza de las exportaciones en  la economía española han eliminado el déficit exterior en 2013. Detrás de la fuerza de las exportaciones puede estar la necesidad imperiosa de exportar por parte de bastantes  empresas españolas ante la débil demanda interna. En 2013  no aumentará, pues,  el endeudamiento global  de la economía española frente al resto del mundo.

  El déficit de las administraciones públicas superará en 2013 la previsión del  6,3% del PIB establecida en el  Programa de Estabilidad  de abril de 2013. La deuda pública avanza rápidamente por el 92% del PIB, por encima de la previsión del 91,3% establecida para fin de año. El test de la economía española será la evolución del empleo. Las reducciones del paro se deben al descenso de la población activa. Entre el 2º trimestre de 2008 y el mismo periodo de 2013 el empleo ha descendido en España en 3,7 millones de  puestos de trabajo. En el primer semestre de 2013 el empleo volvió a bajar, y solo ha empezado a remontar en algunas ramas de los servicios.

  Con unos elevados niveles de   deuda privada y pública, con un crédito que sigue retrocediendo, con un nivel de empleo que no ha dejado de disminuir, con un mercado de vivienda tomado por los inversores y alejado de los hogares jóvenes,  la recuperación de la actividad productiva será algo similar a la situación de   control del fuego de un incendio que ha dejado  atrás una sierra  arrasada.

Los daños del incendio, véase crisis, serian en la economía española los empleos perdidos, las miles de empresas desaparecidas, el empobrecimiento de numerosos hogares, el millón de viviendas nuevas sin vender, la desaparición de las cajas de ahorros, los miles de hogares desahuciados de sus viviendas, los 31.500 millones de créditos morosos a hogares a 30 de junio de 2013,   que anuncian mas ejecuciones. Unas décimas  positivas de variación del PIB  en los próximos trimestres implicarán que la actividad dejó de caer. Pero una recuperación tan débil puede prolongar  un largo periodo de tiempo la situación de crisis. 

Publicado en  El Siglo, 30.9.2013