La recuperación llegó a la Eurozona y a España
Según la
Contabilidad Nacional Trimestral de España del INE (CNTr), la prolongada fase de recesión del último ciclo
económico de España tocó fondo en el primer semestre de 2013. La
nueva etapa de recuperación se inició en
el segundo semestre del mismo año. Hasta el
momento la recuperación citada se ha caracterizado por su debilidad.
La evolución de la economía española en 2013 fue paralela a la del conjunto de la economía
mundial, que empezó a “tirar” en dicho ejercicio, impulsada por el fuerte
crecimiento de algunas economías
avanzadas, especialmente Estados Unidos, y de algunas de las economías emergentes. Como sucede tras las crisis financieras prolongadas,
la recuperación resulta todavía frágil (Comisión Europea, “European Economic
Forecast, Winter 2014”).
Lo más destacado de la composición del crecimiento en
los primeros meses de 2014 ha sido que la
demanda interna está registrando una evolución más firme, compensando el
agotamiento que, especialmente en el caso de España, parecieron mostrar las exportaciones al final de 2013.
Dos etapas dentro de la recesión 2007-20013, según datos territoriales
Dos etapas dentro de la recesión 2007-20013, según datos territoriales
En los casi seis años de recesión de la economía española
(2008-2013) se pueden distinguir dos periodos
diferenciados. En el primero, que se desarrolló en los primeros tres años de la recesión, fue decisivo el impacto de la
crisis financiera y la consiguiente restricción crediticia. Dicha evolución explicó el
abrupto descenso de las ventas de viviendas y de la nueva construcción
residencial. El retroceso citado se extendió
después al conjunto del sector de la construcción, cuya expansión había sido el
principal motor de la fase previa de expansión de la economía.
Los mayores descensos del empleo y los más acusados
aumentos del paro tuvieron lugar en 2007-10 en los territorios que habían sido
el mayor exponente de la “burbuja inmobiliaria”, esto es, el arco mediterráneo
(Alicante, Castellón, Murcia), Canarias y
la periferia de Madrid (Guadalajara y Toledo). En la primera fase de la
crisis las ciudades más afectadas por el
citado modelo de crecimiento sufrieron de lleno el impacto. En cambio, en el caso de las las
ciudades con mayor diversificación económica
y con más presencia del sector público se registró un impacto atenuado del descenso de la actividad y del empleo
(Ricardo Méndez Gutiérrez del Valle, “Crisis económica, vulnerabilidad urbana y
desempleo en España”, Ciudad y Territorio, Mº de Fomento, nº 178).
La segunda fase de la recesión, situada entre 2010 y
2012, se caracterizó por la relevancia de las políticas económicas
deflacionistas adoptadas por los gobiernos de la Eurozona para hacer frente a la crisis de la deuda. El
sector de la construcción siguió retrocediendo en esta etapa a un ritmo menos acusado. El protagonismo de la recesión se desplazó en este
periodo al sector público, que deprimió
su demanda, con lo que los principales centros administrativos
experimentaron los mayores aumentos del paro registrado.
Los mayores ajustes a la baja del gasto público se
dejaron sentir en las autonomías con
mayor reducción del gasto, como se advierte en
numerosos ciudades de Castilla-La Mancha. En cambio, las ciudades con
mayor peso del turismo mantuvieron un mayor nivel de ocupación, tras superar el
retroceso del empleo en la primera parte de la crisis (Ricardo Méndez, op.cit.).
Dudas sobre la fortaleza de la recuperación. Atención a las estadísticas
Dudas sobre la fortaleza de la recuperación. Atención a las estadísticas
En los dos últimos trimestres de 2013 el empuje de la
economía mundial llegó, pues, a España.
Como en el resto de la Eurozona, la expansión de las exportaciones y la caída
de las importaciones habían contrarrestado entre 2007 y 2013 el impacto
negativo que sobre la actividad ejerció la débil demanda interior. Pero el
empuje de la actividad en la segunda mitad de 2013, que supuso el final de la recesión, se derivó del comportamiento más dinámico de
la demanda interior (consumo privado e inversión en capital fijo, según la CNTr),
puesto que las exportaciones no
aportaron nada al crecimiento en este periodo.
La devaluación interna (descensos salariales acusados, provocados
por los cambios en la normativa laboral) parece haber agotado pronto sus efectos “beneficiosos” sobre el
crecimiento: los menores salarios frenan
el consumo, reducen los ingresos por IVA y aumenta el déficit público (Anselmo
Calleja, “¿Es ya la hora del optimismo?”, CincoDias, 7.3.2014).
Lo anterior
explica la debilidad del proceso de recuperación así como lo injusto e
insuficiente que resulta apoyar en exceso la estrategia económica en las reformas del mercado de trabajo. Tal estrategia puede llegar a complicar la situación de la seguridad social y
la financiación de las pensiones.
A principios de 2014
algunos indicadores han registrado débiles aumentos sobre el año precedente.
Dicha evolución implica que tardará
bastante tiempo en superarse las consecuencias
del pavoroso ajuste de la actividad y del empleo sufrido en los largos
años de recesión. Así, desde 2007 se han perdido unos 2,9 millones de
afiliaciones a la Seguridad Social. A fines
de febrero de 2014 había 73.900 afiliados a la Seguridad Social más que en la
misma fecha de 2013. A ese ritmo anual se tardarían casi 40 años en recuperar los
empleos perdidos. Resulta necesario, pues, reforzar la recuperación, extendiendo el ámbito de la política
económica.
Un comentario final sobre las estadísticas: los resultados del 4º trimestre , según la CNTr, han sido objeto de amplio debate,en especial en lo relativo al comportamiento del consumo publico, que descendió con intensidad sobre el trimestre anterior, y las exportaciones, cuyo comportamiento expansivo en la CNTr contrastó con los indicadores mensuales de balanza de pagos publicados por el Banco de España.
La CNTr es una estadística de síntesis, con numerosas "cañerías" y desagües. De ahí que los anuncios ministeriales relativos a supuestas tasas de crecimiento de la economía suponen una clara presión sobre los servicios del INE encargados de elaborar las cuentas nacionales. De esto se debería tomar buena nota en el gobierno para impedir que crezca la desconfianza hacia las estadísticas mas trascendentes de la economía española.
Un comentario final sobre las estadísticas: los resultados del 4º trimestre , según la CNTr, han sido objeto de amplio debate,en especial en lo relativo al comportamiento del consumo publico, que descendió con intensidad sobre el trimestre anterior, y las exportaciones, cuyo comportamiento expansivo en la CNTr contrastó con los indicadores mensuales de balanza de pagos publicados por el Banco de España.
La CNTr es una estadística de síntesis, con numerosas "cañerías" y desagües. De ahí que los anuncios ministeriales relativos a supuestas tasas de crecimiento de la economía suponen una clara presión sobre los servicios del INE encargados de elaborar las cuentas nacionales. De esto se debería tomar buena nota en el gobierno para impedir que crezca la desconfianza hacia las estadísticas mas trascendentes de la economía española.
Una versión mas reducida de este articulo se ha publicado en la revista semanal El Siglo,de 17 de marzo de 2014.