13 marzo 2017

EL DESPEGUE DE LOS ALQUILERES EN ESPAÑA Julio Rodríguez López[

 Los escasos datos disponibles sobre el mercado de alquiler en España revelan que en 2016 y primeros meses de 2017 se han acelerado los aumentos de precios de los alquileres de viviendas. Los incrementos anuales de tales precios se sitúan en torno al 9%. La  mayor demanda de vivienda procede sobre todo de hogares que no  pueden acceder a una vivienda en alquiler y de las compras de vivienda para inversión. La creciente presencia de  los pisos turísticos disminuye la oferta, lo que refuerza la elevación de tales precios. 2017 ha empezado como los cinco  ejercicios precedentes, esto es, sin política estatal  de vivienda y con un escaso interés político en el problema.

Según la Encuesta Continua de Hogares del INE,  en España había en 2015 unos  3,2 millones de hogares viviendo de alquiler, equivalentes al 17,5% del conjunto de hogares de España. La autonomía de Baleares tenía la proporción más elevada, el 26,2%, seguida de Madrid (23,4%), y el último lugar correspondió a Galicia (11,2%). La información adicional sobre el mercado de alquiler es mínima.  Esto contrasta con  el detalle con el que en Cataluña se está obteniendo información  acerca de  su mercado de alquiler, con vistas a luchar contra el crecimiento de los precios del alquiler de vivienda.

Según el portal Fotocasa, en febrero de 2017 el alquiler medio de la vivienda en España ascendió a 7,77 euros por m2 y mes, lo que implicó un aumento interanual del 9%, muy por encima del crecimiento observado en los precios de venta de las viviendas. Los datos de los portales se refieren a  precios de oferta y tienden a sobrevalorar las subidas, pero no deja de ser una realidad  que los alquileres están creciendo en los centros urbanos.

Esta evolución  complica el acceso a la vivienda a numerosos hogares,  cuya situación laboral les hace imposible el acceso a la vivienda en propiedad mediante un préstamo hipotecario. La situación aplaza la emancipación, como lo confirma el  que un tercio de personas con edades de 25 a  34 años vive en España con sus padres, según el INE:

 Según el portal citado, en la recuperación del mercado de vivienda iniciada en 2014 el precio de los alquileres en España ha crecido en un 15,1%. El aumento de los precios de la vivienda fue del 11,3% hasta el último trimestre  de 2016. La situación del mercado de trabajo, con más empleos pero inestables y  mal retribuidos, la mayor disponibilidad hacia el alquiler de los jóvenes, junto a la compra de viviendas para colocación de un ahorro poco o nada retribuido, explican la mayor tensión de la demanda.

  La oferta de pisos de alquiler está sufriendo una fuerte reducción por parte de los pisos turísticos y por  la creciente “gentrificación” de los centros de las ciudades. Dicho proceso se califica más bien  de “turistificación” de los centros urbanos, llenos de franquicias y  de servicios pensados solo para quienes están de paso. La invasión turística se ha analizado bien en Barcelona, donde ayuntamiento y autonomía han reaccionado ante el problema. La reacción política en Madrid es más débil que en el caso anterior, aunque el problema alcanza una intensidad similar.

Una demanda creciente de alquileres, una reducción paralela de la oferta y una ausencia histórica de vivienda social en toda España, explican la aceleración de los precios del alquiler y  la alta dificultad general de emancipación de los jóvenes.  Dicha carestía general del alquiler viene  a ser  todo un  problema social.

Fuera de Cataluña, la reacción al problema está ausente. El Ministerio de Fomento tiene otros temas en que pensar, el problema se le traspasa a las autonomías. Estas  esperan retornen los fondos estatales  del pasado para hacer vivienda protegida. Se trata de dinamizar el fomento de la creación de un parque público de alquiler social. Esto último  no es solo cuestión de construir nuevas viviendas, pues se debe de emplear  con más intensidad el elevado parque de viviendas  vacías en poder de bancos y de Sareb. La ausencia de voluntad política para luchar contra el problema resulta clamorosa.

Una versión de este artículo se publicó en la revista  semanal El Siglo de Europa el 13.3.2017






[1] JRL es Vocal del Consejo Superior de Estadística y miembro de Economistas frente a la Crisis