01 marzo 2011

Se alejan, de momento, las caídas del PIB

 Julio Rodríguez López

Según el Instituto Nacional de Estadistica (INE), el Producto Interior Bruto (PIB) de la economía española retrocedió en un -0,1 por ciento en el año 2010 respecto del ejercicio precedente. En la historia de la Contabilidad Nacional de España, que elabora y publica el INE desde el inicio de los años sesenta, no son frecuentes los ejercicios anuales en los que se registren descensos en la evolución de la magnitud citada.
En tiempos de Franco nunca tuvieron lugar retrocesos del PIS, según la Contabilidad Nacional. Con la democracia, antes de la crisis actual sólo se produjo dicha circunstancia en 1993, el año posterior a los "fastos de 1992", ejercicio este último en el que habían coincidido la Olimpiada de Barcelona y la Exposición Universal de Sevilla. El crecimiento anual del PIB viene a ser, pues, una estadística un tanto totémica, sobre la cual los organismos internacionales suelen diferir en sus previsiones respecto de lo que anticipa el Gobierno. Este último es, a fin de cuentas, el que realiza la estimación definitiva de la magnitud en cuestión a través del INE, organismo autónomo dependiente ciel Ministerio de Economía y Hacienda.
El comportamiento del PIB de la economía española ha diferido un tanto durante la crisis respecto de la evolución del empleo. En la larga fase de expansión comprendida entre 1997 y 2007 el empleo y el PIB casi fueron de la mano (3,8 por ciento fue el ritmo medio de variación del PIB en dicha etapa y 3,4 por ciento fue el aumento medio anual del empleo). En los tres años de recesión el PIB descendió a una tasa media anual del 1 por ciento, mientras que el ritmo de retroceso del empleo fue del 3,2 por ciento. En la fase de auge la productividad aparente del empleo creció solo en un 0,4 por ciento anual de media, mientras que en la recesión dicha magnitud ha aumentado a una media anual superior al 2 por ciento.
La disparidad entre las variaciones del PIB y del empleo sirve para que los defensores de la flexibilidad total del mercado de trabajo señalen que es la normativa laboral española la que explica dicho divorcio. A la vista de los datos, en España el empleo desciende en las crisis bastante más que en Europa, mientras que el PIB evoluciona de forma equivalente. Es imprescindible valorar si las estadísticas en cuestión se estiman del mismo modo en todos los países. Además, las estadísticas económicas no son comparables con las que se emplean en el campo de las ciencias naturales. En estas últimas la experimentación permite trabajar con indicadores más precisos que los que emplean las ciencias sociales en general.
Esta circunstancia debería de tomarse en consideración a la hora de emitir hipótesis sobre el comportamiento de la economía española de las que se derivan propuestas de politica económica con un impacto social negativo. Por más que sea evidente que la profunda crisis de la construcción residencial ha explicado más del 60 por ciento de los empleos perdidos en España desde el inicio de la crisis entre 2007 y 2010, siempre se atribuye la caída del empleo a las supuestas rigideces de clicho mercado.
En 2010 el PIB fue inferior en un 13,3 por ciento al que sería su nivel de haber seguido aumentando, después de 2007, al ritmo medio al que lo habia hecho en los diez años que terminaron en dicho ejercicio. El PIB real de España está ahora sensiblemente por debajo del PIS potencial. En 2010 fue decisiva la aportación del sector exterior al crecimiento de la economía española, ante la persistente debilidad de la demanda interna (-1,2 por ciento en 2010). Las exportaciones han sido el componente más dinámico de la economía española en el pasado ejercicio, puesto que aportaron casi dos puntos y medio al crecimiento. El sector de la construcción volvió a detraer casi punto y medio a dicho crecimiento.
El empleo retrocedió de nuevo con intensidad el pasado año, un 2,4 por ciento en media anual, correspondiente a un descenso de 238.(x)0 ocupados. La tasa media de desempleo anual fue del 20,1 por ciento de los activas, media que osciló entre el nivel máximo de Canarias (29 por ciento) y el mínimo autonómico del País Vasco (10,9 por ciento). El Indice de Precios de Consumo pasó de aumentar en sólo un 0,8 por ciento en 2009 a hacerlo en un 3 por ciento en 2010 y en un 3,3 por ciento en enero de 2011, impulsado por los mayores precios de la energía, las más altas tarifas eléctricas y la mayor imposición indirecta.
Las previsiones para 2011 son de una recuperación del crecimiento positivo de la economía, pero a un ritmo muy moderado (0,6 por ciento, según el FMI). Se ha previsto asimismo un ligero descenso adicional del empleo, con lo que la tasa de paro continuará situada este año en un nivel elevado (20,3 por ciento). La crisis de la deuda puede controlarse, sobre todo si se refuerza la solvencia de las entidades de crédito. Persiste el déficit de competitividad. La recuperación del crédito, la normalización del mercado de vivienda son imprescindibles para recuperar el tono de la economía. El retorno a una tasa positiva de variación del PIB no cambiará mucho las cosas, aunque salvará algo "la honra" de la economía.
El Siglo 28-02-2011

*Economista. Vocal del Cansen Superior de Estadística