12 mayo 2014

LA RECUPERACIÓN ES COSA DE LAS VARIABLES FLUJO Julio Rodríguez López


  Las previsiones de primavera de la Comisión Europea han confirmado la presencia de un proceso de recuperación en la economía española. Según  tales previsiones, la economía española puede crecer a un ritmo del  1,1%  y del  2,1% en 2014 y 2015, respectivamente (-1,2% en 2013). La actividad productiva habría, pues, dejado de descender en España, después de seis años de prolongado retroceso, en los que la caída media anual del PIB  estuvo próxima al 1% y el empleo se redujo en un promedio anual del 3%.

El cambio de ciclo de la economía española, que se inició en la segunda mitad de 2013, no ha sido una evolución aislada, resultante de una política económica no precisamente expansiva.  Se trata “de una recuperación  más duradera que las registradas después de 2008, que está teniendo lugar en la Unión Europea y en la Eurozona” (Comisión Europea, European Economy, 3/2014). El mayor ritmo de aumento del comercio mundial también subraya el carácter generalizado de la recuperación a nivel mundial. El cambio que está sucediendo ahora en España se integra, pues,  en un proceso de recuperación  general que al fin ha llegado a la Eurozona.

 Los niveles de actividad y de empleo  del primer semestre de 2014 están todavía situados en España por debajo de fines de 2011, que fue cuando entró en funciones el actual gobierno. El cambio cíclico registrado desde 2013 por la actividad y el empleo tiene lugar  en un contexto de inflación reducida, de superávit exterior y de  constante aumento de la deuda pública.

 Tras crecer  a un ritmo intertrimestral del 0,4% en el primer trimestre de 2014, el PIB de España está ahora  un 6,8% por debajo del nivel correspondiente al primer trimestre de 2008, último periodo de crecimiento  inmediatamente anterior a la última recesión. Asimismo, el PIB de España está  situado  un 17,3% por debajo del volumen que habría alcanzado de haber mantenido una modesta  tendencia de crecimiento del 2% anual después del periodo citado de 2008.  De continuar creciendo el PIB a un ritmo similar al del primer trimestre de 2014, podría alcanzarse   el nivel  de actividad previo a la crisis en el tercer trimestre de 2015.

  En materia de empleo,  en  2014 la distancia respecto de los niveles  previos a la crisis resulta bastante más acusada que en el caso del PIB. Los empleos EPA han disminuido en  casi 3,7 millones desde el principio de 2008 hasta el primer trimestre de 2014, un 18,5% en seis años. Para alcanzar el nivel de empleo perdido sería preciso crear durante diez años consecutivos un volumen  medio anual de 370.000 puestos de trabajo, esto es, el empleo debería aumentar en dicho periodo en torno al 2% anual, evolución que parece difícil de lograr. La previsión de la Comisión Europea   sobre  el empleo en España para  2014 y  2015 es de una variación anual del 0,4% y del 1,2%, respectivamente, muy lejos de las tasas necesarias para recuperar el empleo perdido.

  En 2014 se recuperan con moderación las magnitudes flujo (actividad, consumo), mientras que la evolución de las magnitudes stock (empleo, paro) resulta más problemática. La situación por la que ha atravesado la economía española entre 2007 y 2013   no ha sido la de una recesión ordinaria. En dicho periodo ha habido  problemas de solvencia en los  sectores público y privado, han desaparecido cientos de miles de empresas, han disminuido las prestaciones sociales   y ha tenido lugar una  crisis bancaria que se ha llevado por delante a las cajas de ahorros, la mitad del sistema financiero en 2007. “Los flujos determinan como se sienten los inversores, los stocks determinan como se siente la gente” (Wolfgang Munchau, “Confidence is a  poor measure of economic  health”, FT, 27.4.2014).

 Una recesión tan prolongada como la sufrida por la economía española expulsa del mercado de trabajo a bastantes personas, como lo refleja la caída de la población activa y el aumento de los inactivos. Así, en el último trimestre de  2007  la tasa de empleo en España (ocupados por población de 16 y mas años) era del 54,38%. En el primer trimestre de 2014 dicha tasa en cuestión era solo del  44,06%.

 La recuperación de la actividad económica y del empleo tendrá que prolongarse  durante bastante tiempo hasta llegar a alcanzar el punto de partida, en este caso  el primer trimestre de 2008. Al  ritmo de la recuperación de  2014 el retorno al empleo del pasado pre-crisis se puede prolongar durante  toda una generación.

En todo caso, España necesita crecer más. Para ello resulta imprescindible, en primer lugar, que se produzca una expansión mayor del crédito bancario. La ayuda directa y fiscal a los bancos ha sido impresionante. En segundo lugar, resulta imprescindible el ingrediente adicional del papel dinamizador del Banco Central Europeo, que tiene un amplio margen a desarrollar (Santiago Carbó, “De toboganes y de crédito”, El País, 6.5.2014).

El papel hasta ahora desempeñado por dicho banco central  no es comparable con el de otros bancos centrales, casos de Estados Unidos y Japón. Por último,  no se debe de perder de vista el papel del tipo de cambio. El euro  se ha fortalecido en más de un 6% en abril de 2014 sobre el dólar  respecto del año anterior. Resulta difícil competir con el resto del mundo con un precio del euro próximo a los 1,40 dólares, precio que convierte en inútiles  los esfuerzos que supone la devaluación interna.

Una versión mas reducida de este articulo se ha publicado en la revista El Siglo de 12.5.2014



30 abril 2014

MERCADO DE VIVIENDA. ENTRE EL FINAL DE LA RECESIÓN Y UNA DÉBIL RECUPERACIÓN Julio Rodríguez López



Mercado de vivienda (I). Los precios de las viviendas

 La fase de  auge de los mercados de vivienda que terminó en 2007 fue más prolongada e intensa que los precedentes. En el promedio de la Eurozona se ha estimado que la duración media de dicha fase de auge fue de 33 trimestres y que la desviación media al alza de los precios de la vivienda  sobre la tendencia a largo plazo  fue de un 39%.

Dentro de la Eurozona nueve estados miembros presentaron rasgos de “burbuja” en la fase alcista del ciclo, aunque la intensidad no fue la misma. El grupo lo integran Eslovenia,  España, Estonia, Francia, Grecia,  Holanda, Irlanda, Italia y Portugal. No se advirtieron rasgos claros de “boom” en los restantes países miembros. Los  mayores déficits exteriores se produjeron  sobre todo en los países más afectados por la “burbuja”. 

En  2013  los bancos centrales han desarrollado amplios programas de “alivio cuantitativo” para  impulsar  a la economía aportando  liquidez abundante  a tipos de interés muy reducidos. Tal actuación  ha favorecido la compra de activos, en especial acciones en bolsa y vivienda. En 2013 fue compatible la presencia de unos ritmos débiles de crecimiento del PIB en la economía mundial, acompañados de tasas de desempleo elevadas, con aumentos destacados en los precios de las  de las acciones  cotizadas. De hecho   han aparecido “espumas de burbujas” en algunos mercados de viviendas. 
En el 2º trimestre de 2013 los precios de las viviendas en la Eurozona descendieron  un -2,4% sobre el mismo periodo de 2012. La disparidad de situaciones en los mercados nacionales de viviendas la confirma el que,  en dicho periodo   el aumento máximo de precios llegase hasta el  12%, en Estonia,  mientras que el mayor retroceso de precios fue  el -12% de  España.
 La evolución de los precios de la vivienda en la Eurozona puede ser coherente con los fundamentos, pero a nivel de país dicha situación puede distar  de dicha coherencia (BCE, 2013). Las perspectivas para 2014 son más favorables para los mercados europeos de vivienda y también para la preparación de nuevas burbujas.  
Los precios de la vivienda  descendieron en España con claridad  desde 2008 hasta el 2º trimestre de 2013. En el tercer trimestre experimentaron una inflexión ligeramente alcista según el Índice de Precios de Vivienda del INE, registrándose un ligero aumento intertrimestral (0,7%). En dicha evolución  destacaron  las autonomías y provincias  con más peso del turismo en la actividad. Tras los importantes descensos de precios de 2011-2012, inversores  y fondos de inversión  se han hecho presentes   desde el verano de 2013.  Es posible que el descenso interanual del 7,9% del índice de precios de vivienda del INE registrado en el tercer trimestre sea más reducido al final del año.
La estadística de precios de las viviendas de nueva promoción, obtenida por la Sociedad de Tasación presentó un descenso del  7,8% en diciembre de 2013 sobre el mismo periodo del año precedente. Dicho descenso  anual fue el más intenso de los registrados por dicha estadística desde diciembre de 2007.

Los precios de las viviendas nuevas en capitales están un 40% por encima de la media de precios de toda España. Las disparidades de los precios de venta de las nuevas viviendas en capitales resultan espectaculares. Los precios más elevados  en diciembre de 2013 eran los de San Sebastián  (3.422 euros/m2), Barcelona (3.200) y Madrid (2.726). Las capitales extremeñas, Cáceres y Badajoz,  tenían el precio medio más reducido (1.115 euros/m2) junto a Ciudad  Real  (1200) y Jaén  (1.230). Los precios de las capitales de nivel más elevado triplican los de las de precio más reducido, destacando el hecho de que estas últimas están situadas en el interior, lejos del mar y de Madrid.

  Los diferentes indicadores de precios de las viviendas en España han presentado una clara desaceleración en el descenso en el 2 º semestre de 2013. Se  produjeron incluso  algunos aumentos intertrimestrales o intermensuales  en dicho periodo, aunque las tasas de variación sobre el mismo periodo de 2012 fueron negativas. El descenso interanual más acusado fue el del índice de precios de vivienda del INE (-7,9%), apareciendo un aumento interanual en la estadística del importe medio de las hipotecas formalizadas para compra de vivienda (2,5%).
  En cuanto a los descensos de precios de vivienda  acumulados desde el inicio de la crisis, correspondió el retroceso más acusado a la estadística de Tinsa (-38,5%), mientras que el menos intenso fue el estimado en la estadística trimestral  de precios de tasación publicada por el Ministerio de Fomento (-28,8%).

Mercado de vivienda (II).  Demanda y financiación

El ejercicio de 2013 no dejó de ser un nuevo periodo de recesión en el mercado de vivienda. A pesar de lo anterior, en dicho ejercicio aparecieron nuevos elementos respecto de ejercicios anteriores. Como se comentó en el apartado anterior,  al final del año se advirtieron subidas de precios en algunos de los indicadores disponibles, compatibles con  descensos interanuales significativos. La presencia de adquirentes extranjeros de viviendas y las compras efectuadas por inversores institucionales, sobre todo fondos de inversión, fueron los aspectos más relevantes del pasado ejercicio.

Asimismo, en 2013  las hipotecas registradas para compra de vivienda descendieron con más fuerza que las compraventas registradas. Ello  implica que una proporción importante de las ventas de viviendas se están realizando mediante pagos al contado. En el fondo ello significa que en 2012-2013 se ha producido un cambio importante en el tipo de comprador de vivienda, desempeñando ahora un papel más destacado el adquirente-inversor,  provisto de ahorro y liquidez  suficiente para efectuar el pago al contado de la vivienda.

En 2013 descendieron los empleos y los hogares respecto de 2012. Sin embargo,  el número de ocupados pareció estabilizarse en el segundo semestre de 2013, a la vista de los resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA)  y de los datos de la afiliación a la Seguridad Social. La emigración neta  producida tuvo que ver con el descenso de los  hogares, que en el tercer trimestre de 2013 habían disminuido en casi 80.000 sobre el mismo periodo de 2012. Tal descenso se produjo en 2013 por primera vez desde que se dispone de la serie de hogares de la EPA.

 La renta disponible de los hogares, deflactada con los precios de consumo, retrocedió por cuarto año consecutivo en 2013, a la vez que  persistió en 2013  el desapalancamiento por  parte de los hogares. El contexto macroeconómico, en este caso el correspondiente a las variables reales que explican la demanda de vivienda, no contribuyó  precisamente a impulsar las compras de vivienda durante el pasado ejercicio.

 En cuanto a la financiación, en lo relativo a los  tipos de interés, el euribor  a doce meses osciló en torno al 0,5%, por debajo del nivel de  2012,  influido por la decisión del BCE de disminuir  el tipo de intervención en noviembre de 2013 hasta el 0,25%. El tipo de interés medio de los préstamos a comprador fue equivalente al de 2013 (3,4%). El descenso del euribor a 12 meses implicó que el diferencial medio sobre el euribor creciese  en medio punto porcentual en  2014.

En cuanto al volumen de crédito, en 2013 destacó el intenso descenso de los saldos vivos de los préstamos destinados a la promoción (-30,4%) y a  la construcción (-35,8%).  El retroceso del saldo vivo de  los préstamos para la compra y rehabilitación de vivienda fue sustancialmente más moderado (-4,5%). Los nuevos préstamos formalizados para compra de vivienda descendieron en un -26,8% en enero-noviembre de 2013 sobre el mismo periodo de 2012. El plazo medio de los préstamos hipotecarios a comprador de vivienda disminuyó en 2013 hasta 22,2 años en el periodo enero-septiembre (23,3 fue el plazo medio de 2012).

  La tasa de morosidad de los préstamos a  la compra y a  la rehabilitación de viviendas aumentó hasta el 5,36% en septiembre de 2013, y ello en un contexto de crecimiento general de la morosidad de los créditos bancarios, magnitud  que ascendió al 12,36% en la misma fecha.  El saldo vivo de los créditos morosos a la compra y rehabilitación de vivienda se elevó a 32.704 millones de euros, un 40,8% más que en  la misma fecha de 2012. 

El persistente aumento de la morosidad no ayuda a la recuperación de los nuevos préstamos a comprador. La mejoría en las condiciones de los préstamos a comprador de vivienda en 2013 no estuvo acompañada de un crecimiento de los nuevos préstamos formalizados. La demanda de dicha financiación debió también resultar afectada a la baja por la mayor tendencia observada  hacia el alquiler en los hogares de nueva creación.

Las ventas de viviendas disminuyeron en un 10% en los nueve primeros meses de 2013 sobre el mismo periodo del año anterior, según la estadística del Mº de Fomento apoyada en las transmisiones inmobiliarias formalizadas ante notario. Las ventas de viviendas usadas aumentaron en un 4%, mientras que descendieron en un 43,9% las de viviendas nuevas. Las ventas de viviendas a extranjeros, residentes y no residentes, crecieron en un 26,6%, mientras que las ventas a españoles descendieron en un 14,1%.

La previsión  para 2013 es de unas ventas de alrededor de 315.000 viviendas. La proporción de las ventas a extranjeros se situará en torno al 16,5% en 2013, la más elevada desde que se dispone de información sobre ventas a partir de la información aportada por los notarios.

 Por comunidades autónomas, hubo aumento de ventas en  Murcia (5,7%), Canarias (2,1%) y Cataluña (0,5%), mientras que los descensos más acusados fueron los de  Cantabria (-30%), Extremadura (-32,9%) y Castilla y León (-33%). Destacaron los aumentos  experimentados en  las  provincias de Almería (8,2%), Gerona (6,8%) y Málaga (6,7%), lo que confirma que aumentaron en 2013 las ventas de viviendas situadas en zonas turísticas, mientras que en el norte e  interior hubo descensos relevantes.

 La proporción de ventas de viviendas a extranjeros fue especialmente alta en las autonomías de Baleares (38.8%), Canarias (36,2%) y Valencia (35,2%), muy por encima de los niveles alcanzados en Galicia (1,7%) y Extremadura (1,2%), que fueron las que presentaron una menor presencia de dicho tipo de ventas.

Como antes se indicó, en 2013  (enero-octubre) la caída sobre el año anterior de las compraventas registradas  fue del 27,7%, muy por encima de las compraventas registradas. Las compraventas realizadas con préstamo hipotecario fueron el 62%, reforzando así la tendencia a la baja en la relación  hipotecas/ventas apuntada en 2012 (86,1%).  Hasta 2011 las hipotecas sobe viviendas superaron ampliamente a las compraventas (se hipotecan viviendas no solo para la compra de las mismas, sino para cubrir otro tipo de gasto).

 A fines de diciembre de 2013, el Ministerio de Fomento publicó una estimación del stock de viviendas de nueva construcción no vendidas existente a 31 de diciembre de 2012. El Ministerio de Fomento ha estimado de forma indirecta el número de viviendas de nueva construcción no vendidas entre 2004 y 2012. Según el método empleado, el stock anual se incrementa por la diferencia entre las viviendas terminadas  y las viviendas vendidas de nueva construcción. La estimación citada considera que toda la autopromoción no se ha puesto a la venta y que no puede considerarse, pues,  como parte del  stock de viviendas no vendidas.
De ahí que se deje  fuera del stock de viviendas no vendidas a las terminadas en régimen de autopromoción, junto a las construidas por cooperativas  y por comunidades de propietarios. Las viviendas terminadas excluidas de la estimación van a suponer en 2013 el 38% de todas las terminadas. 

El stock en cuestión  creció entre 2004 y 2007 y descendió en los cinco años posteriores. Las mayores aportaciones al stock no vendido tuvieron lugar entre 2007 y 2009. En este último año dicha magnitud alcanzó las 650.000 viviendas según la estimación de Fomento. Destaca el que durante un periodo prolongado de tiempo se llegase a construir  en España  tan por encima de lo que en realidad se estaba vendiendo.

Entre las entidades de crédito responsables de financiar tales viviendas no vendidas se debe de incluir a los bancos extranjeros, en especial alemanes, que suministraron abundante liquidez a las entidades de crédito españolas, lo que engendró una espectacular deuda privada frente al resto del mundo.
A 31.12.2012 el total de viviendas nuevas no vendidas ascendió a 583.453 viviendas, equivalentes al  2,3% del parque total de viviendas de España en dicha fecha (25,4 millones). Tres autonomías, Comunidad Valenciana,  Andalucía  y Cataluña, concentraban el 50% del total de dichas viviendas no vendidas.

  Las provincias con un número mayor de viviendas nuevas sin vender  eran Barcelona (47.466 viviendas), Alicante (47.022) y Madrid (42.821), seguidas por las del sur del arco mediterráneo y por Toledo, al calor de la proximidad de Madrid. Las tres provincias citadas al principio eran sedes de cajas de ahorros (Catalunya Caixa, CAM y Bankia, respectivamente) que sufrieron quebrantos tan relevantes  que justificaron  la petición de ayuda de España al Eurogrupo de 100.000 millones de euros en junio de 2012, línea de crédito de la que se dispuso al final  de 42.000 millones.

  La relación entre las viviendas nuevas construidas y las ventas de viviendas nuevas, así  como la evolución de la autopromoción, apuntan a  que en 2013 debió de haber un nuevo y moderado descenso  del stock objeto de estudio. En 2014  se dejará sentir sobre el mismo el fuerte descenso sufrido en los últimos años en las viviendas iniciadas, por lo que las viviendas nuevas terminadas  en este ejercicio estarán por debajo de las ventas de viviendas de nueva construcción, de mantenerse la tendencia de los último años.  De lo anterior se deriva  que el descenso del stock será más acusado en 2014 que en el año anterior, y ello por el fuerte descenso de la nueva oferta que sale al mercado.

Los bajos precios de venta de las viviendas en España, la concentración de importantes carteras inmobiliarias en los activos bancarios, junto a  la aparición de Sareb en el mercado,  son factores que han contribuido a generar una significativa presencia de entidades inversoras en España a la búsqueda de activos inmobiliarios. Tales entidades, sobre todo fondos de inversión, adquieren activos inmobiliarios  susceptibles  de generar plusvalías en el momento en el que el mercado de vivienda se recupere.

Dichos fondos de inversión han llegado a controlar una buena parte de los activos inmobiliarios de la banca a final de 2013, adquiriendo en varios casos las plataformas organizadas por los bancos españoles para la venta de las viviendas. Los fondos citados invierten en un plazo que va de cinco a diez años y esperarán, pues, a vender en el momento en el que el mercado coja pujanza.

Mercado de vivienda (III). La nueva oferta
 En 2013 volvió a descender  el número de viviendas iniciadas (-24,4% sobre 2012, en los diez primeros meses), estimadas a partir de los visados de obra nueva de los colegios de aparejadores. La previsión para 2013 de dicha magnitud, unas 33.400 viviendas, es la  cifra anual más reducida desde que se dispone de la estadística mencionada. Los visados para rehabilitación de viviendas existentes descendieron con menor intensidad, por lo que llegaron a alcanzar el  39 por cien del total de visados (4% en 2007).

 Las viviendas terminadas, estimadas a partir de los certificados de fin de obra,  expedidos asimismo por los colegios de aparejadores, disminuyeron en un 43,8% en enero-octubre de 2013 sobre el mismo periodo de 2012, De mantenerse un ritmo similar en el conjunto del año la previsión de viviendas terminadas  seria de 67.600 viviendas en este último ejercicio. El continuo retroceso del número de viviendas iniciadas va  a dar lugar a que en los próximos dos ejercicios anuales (2014-2015) descienda sustancialmente el total de viviendas terminadas, registrándose por tanto adiciones reducidas al stock total de viviendas.

 En 2013 descendieron con intensidad  las viviendas terminadas de carácter más social, promovidas por cooperativas y por administraciones públicas (autonomías y ayuntamientos, básicamente). El total de dicho tipo de  viviendas fue supuso el 7,8% en los diez primeros meses de 2013, lo que implicó una presencia menor de las mismas en el total de terminaciones respecto de 2012 (9,4%).Una recuperación de la demanda de vivienda  podría dar lugar a aumentos rápidos de los precios en los territorios en los que no ha habido excesos de oferta de vivienda.

 En 2013  hubo dos comunidades autónomas, Valencia (8,4%) y  Murcia (6,6%) en las que se produjeron aumentos de las viviendas iniciadas. En el resto hubo retrocesos, que fueron sobre todo acusados en Asturias (-40,7%) y Navarra (-53,9%). Las provincias con mayor peso del turismo, que presentaron la mayor presencia de adquirentes extranjeros de viviendas, fueron las que registraron aumentos significativos de las viviendas iniciadas, mientras que el norte y el interior de la península  presentaron un perfil más deprimido en cuanto a iniciaciones de  viviendas.

 En diciembre de 2013 se conocieron todos los resultados definitivos del Censo de Viviendas de 2011. A 1º de noviembre de 2011 había en España 25,2 millones de viviendas familiares, un 20,3% más que en la misma fecha de 2001. De dicho total de viviendas familiares, 18 millones eran viviendas principales y 7,1 millones eran viviendas secundarias y vacías (el 28,3% del total).  Ha existido disparidad en las metodologías empleadas  en los censos de 2001 y 2011, puesto que algunas variaciones intercensales no son coherentes con los resultados de otros indicadores económicos.

  Llama la atención el contraste entre el fuerte aumento experimentado por las viviendas principales (27,5%) y el modesto aumento del total de  las viviendas secundarias y vacías (5,4%), destacando el descenso de presencia de este último grupo de viviendas en el total respecto de 2001. Entre diciembre de  2001 y  el mismo periodo de 2011 presentaron los mayores aumentos del stock de viviendas las autonomías de Murcia (30,9%), Rioja (28,9%) y Castilla-La Mancha (26,2%), mientras que los menores aumentos fueron los de Baleares (16,5%), Cataluña (16,3%) y Extremadura (13%).

Uno de los resultados más llamativos del Censo de Viviendas de 2011, cuya fecha de referencia es el 1º de noviembre,  es el correspondiente a la forma de tenencia de las viviendas habituales o principales. Así, frente a los constantes descensos sufridos por las viviendas de alquiler después de 1950, entre 2001 y 2011 las viviendas principales de alquiler aumentaron en un 51,1% (corresponde a una variación positiva de 824.000 viviendas).  También  fue significativo el crecimiento del apartado de “otras viviendas principales” (cedidas gratis, a bajo precio y otras formas), que creció en un 49,7%.

 De este modo la proporción de viviendas de alquiler en España en 2011 era del 13,5% de las viviendas principales, muy inferior a la del resto de países de la Eurozona (33,2 % en la UE). Todo indica que el proceso de aumento de las viviendas de alquiler ha proseguido  después de 2011, a la vista de las nuevas características del mercado de trabajo (mayor inestabilidad en los empleos) y de la corrección a la baja sufrida por los salarios tras los cambios normativos realizados en dicho mercado.

 La mayor  presencia  del alquiler entre las viviendas y entre los hogares  también la ha señalado la Encuesta de Condiciones de Vida del INE. Según esta ultima fuente estadística, la proporción de hogares que vive de alquiler fue del 14,5% en 2012, que es una proporción sensiblemente mayor que el  10,4% de 2004-2005, años en los que el alquiler alcanzó los niveles más reducidos en España.

 Las autonomías con mayor presencia del alquiler  son las de, Baleares (21,6%) Cataluña (19,8%) y Madrid (17,4%). El alquiler es más elevado en España en las grandes  áreas metropolitanas y en  las islas, en las que el peso del turismo en la actividad productiva es superior.

Una versión mas extensa de este articulo se publicó en la revista "Ciudad y Territorio Estudios Territoriales" del Ministerio de Fomento, Nº 179, primavera 2014



28 abril 2014

LA CRISIS ACENTUA LAS DIFERENCIAS DE DESARROLLO ECONÓMICO ENTRE LAS COMUNIDADES AUTÓNOMAS Julio Rodríguez López

                 
  El Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó a fines de marzo los resultados de la Contabilidad Regional de España (CNR) de 2013. Las magnitudes económicas territorializadas  tienen cierto interés en la coyuntura política actual de España, un tanto dominada por los deseos soberanistas de algunas autonomías y por identitarismos en plena expansión. Los resultados de 2013  ponen de manifiesto que las disparidades territoriales en nivel de desarrollo apenas se han corregido después de treinta años de funcionamiento de las comunidades autónomas.

A fines de los años cincuenta del pasado siglo el entonces Banco de Bilbao publicó las primeras estimaciones de la renta nacional por provincias. En dichas estimaciones aparecían en cabeza las provincias vascas, mientras que  al final de la clasificación destacaban algunas provincias  andaluzas y extremeñas. Dicha  situación relativa se ha mantenido tras casi sesenta años después.

 El Producto Interior Bruto (PIB)  de España ascendió en 2013 a unos 1.023 miles de millones de euros. La cuota mayor de dicho total, el 18,8%, correspondió a Cataluña, que ganó tres décimas de participación en el PIB  desde 2008, primer año de la crisis. La segunda mayor cuota fue la de la Comunidad de Madrid, el 17,9%, lo que ha   supuesto  asimismo una décima porcentual  más que en 2008. Detrás vienen, a distancia,  Andalucía (13,7%) y la Comunidad Valenciana (9,5%), que han perdido peso en la economía española desde dicho año, sobre todo en el caso de la última autonomía citada.

  En cuanto al PIB por habitante, que es la magnitud que viene a medir el nivel de desarrollo, dicha magnitud ascendió a   22.279 euros en España en 2013, un 6,6% por debajo del nivel de 2008. La primera autonomía  según el nivel alcanzado en 2013 por la magnitud en cuestión, fue el País Vasco, con 29.959 euros por habitante, un 34,5% sobre la media nacional. La segunda posición correspondió a Madrid (29,8% sobre la media), seguida por Navarra (27,3%) y  Cataluña (19,7%). Las últimas posiciones éntre las 17 autonomías  correspondieron a Andalucía, con 16.666 euros por habitante, y  a Extremadura, un 25,2% y un 32,6%  por debajo de la media de España, respectivamente.

 Además del PIB, la CNR estima también  la renta bruta disponible de los hogares por habitante. Esta magnitud se obtiene, en términos aproximados, detrayendo  del PIB la fiscalidad  directa y añadiéndole  las prestaciones sociales netas (educación, sanidad y pensiones, sobre todo).  El último dato disponible sobre dicha magnitud es el de 2011. En el correspondiente “ranking” de tal magnitud en términos “per cápita”, Navarra adelanta a Madrid y aparece así  como la segunda autonomía, tras el País Vasco. El papel de la fiscalidad estatal directa y de las prestaciones sociales  beneficia sobre todo a Asturias, Extremadura y Andalucía, pero desempeña un papel negativo en cinco autonomías, destacando  la fuerte corrección a la baja que realiza en los casos de Baleares y  de Madrid.

 Según la  CNR, entre 2008 y 2013 el PIB real de la economía española descendió a un ritmo medio anual del 1,38%, retrocediendo en todas las autonomías. La crisis no dejo de sentirse, pues,  en toda España. Las autonomías mejor paradas  en dicha evolución fueron Navarra (-0,84%), Madrid (-1%) y Galicia (-1,08%). Las que sufrieron con mayor intensidad la recesión fueron Castilla-La Mancha (-1,81%), Murcia (-1,95%) y Valencia (-2,08%).

El fuerte retroceso de la actividad productiva en  las autonomías murciana y valenciana, situadas en el denominado “arco mediterráneo”, con las mayores concentraciones de viviendas de nueva construcción no vendidas, refleja el impacto negativo que en las mismas  ha tenido el “pinchazo” de la burbuja inmobiliaria. La región valenciana, que estuvo a la cabeza del desarrollo en España en el pasado, está ahora situada un 12,5% por debajo de la media nacional en cuanto a PIB por habitante. En dicha evolución han  influido las políticas territoriales expulsoras de actividades productivas sostenibles que acompañaron al ladrillo, que ha arrasado no solo a la agricultura, sino también  ha impulsado el descenso de presencia de la industria.

 La  composición de la oferta productiva es relevante a la hora de explicar la posición de las autonomías en cuanto a nivel de desarrollo económico.  Los “servicios de no mercado” (administraciones públicas y defensa, seguridad social obligatoria, educación y sanidad) pesan más que la media (16,6% del PIB) en las autonomías con menor nivel de desarrollo, caso de Extremadura (26,6%).

 La industria (15,7% del PIB en España), autentico motor del desarrollo y principal generadora de valor añadido,  tiene más presencia  en el norte de España, en especial en Navarra (28,3%), Rioja y País Vasco, mientras que su  participación resulta reducida en Madrid (10%), Baleares (7,9%) y Canarias (7,8%). La expansión urbana madrileña, fomentada desde el gobierno de la Comunidad de Madrid, está acabando con los polígonos industriales del pasado, recalificados a suelo residencial sin demasiados escrúpulos por algunos ayuntamientos que ven en el ladrillo la salvación de sus estrecheces de financiación.


  Sobre el turismo, actividad referida a diario en los medios de comunicación como la “madre” de la recuperación,  las cuentas regionales del INE  indican que la cuota de la hostelería en el PIB, fue del 6,8% en España en 2013. Los niveles mayores alcanzados por dicha rama de actividad en 2013 fueron los son los de Baleares (18,2%), Canarias (14,9%) y Andalucía (7,1%). Las estimaciones del INE, realizadas  mediante “cuentas satélites”,  sitúan la presencia total  del turismo en la economía española por debajo del 12%. La citada publicidad sobre la trascendencia de los turistas entrados en la evolución económica  llevaría a pensar que en España no existe más actividad productiva que la turística, en especial en los días de la semana santa. Tanto respeto como dicha actividad merecería  el 88% del PIB que no es turismo.

Una versión mas reducida de este articulo se publicó en la revista El Siglo, de 28.4.20914

13 abril 2014

Sin política estatal  de vivienda en  2014

Julio Rodriguez López

 Los Presupuestos Generales del Estado para 2014 incluyeron un conjunto de partidas para  favorecer los objetivos de la política de vivienda y  facilitar el acceso a la misma a través de ayudas fiscales o indirectas. En dichos presupuestos se consideró como pieza central de tal política estatal  al nuevo Plan 2013-2016.  Dicho Plan supone   un “vuelco absoluto” en los objetivos respecto de planes de vivienda  precedentes, pero lo trascendente  ahora es conseguir que dicho Plan eche a andar.

 El fomento del alquiler y de la rehabilitación, la renovación y la regeneración urbana son  los ejes básicos del Plan en cuestión, que en abril de 2014 no ha sido objeto de una aplicación especifica tras la aprobación de  la norma inicial que lo estableció (Real Decreto 233 /2013, de  5 de abril, BOE de 10.4.2013). En 2013 no se
 desarrolló  el nuevo plan plurianual, previéndose el inicio de su ejecución en 2014.

Dentro de los presupuestos, el  epígrafe “Acceso a la Vivienda y fomento de la edificación”  tiene una dotación de 799,6 millones de euros, repartida en tres programas (Rehabilitación y ayudas al acceso, ordenación y fomento de la edificación,  y urbanismo y política de suelo). 

 En el importe antes citado se incluyen 302 millones destinados a atender a obligaciones derivadas de los planes anteriores. El epígrafe en cuestión  incluye 40 millones de euros destinados a atender  las ultimas ayudas correspondientes a la Renta Básica de Emancipación, cuya cuantía se ha reducido en un 30% (ha pasado de 210 euros/mes a 147 euros/mes) y cuya vigencia posiblemente termine en este ejercicio.

Los Presupuestos Generales del Estado para 2014 incluyen también  un conjunto de ayudas fiscales a la vivienda, cuyo importe asciende a 3.475,4 millones de euros. El componente más destacado es el relativo a las desgravaciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas: 1.785,4 millones  de euros corresponden a la desgravación por compra de vivienda habitual realizada antes del 1º de enero de 2013, 479,5 millones es el alcance previsto de la desgravación  a los arrendadores de vivienda (personas físicas), 148,4 millones es la previsión del importe de  la desgravación a los arrendatarios de rentas medias y bajas. 

Para  la exención por reinversión en vivienda  se ha estimado un importe de 258 millones. El resto de las ayudas fiscales (784,1 millones de euros) incluye la estimación del coste de la aplicación de un tipo  reducido del IVA del 10%  que se aplica a las ventas de viviendas  de nueva construcción y las deducciones  en el impuesto de Sociedades  a las empresas dedicadas al alquiler de  viviendas.

 El coste total de las ayudas directas y fiscales, 4.275 millones de euros, equivale al 0,41% del PIB. No hay ninguna ayuda para el acceso a viviendas protegidas en propiedad y desaparece la renta básica de emancipación. El alcance de la política de vivienda se ha reducido, pues,  de forma significativa respecto de  periodos precedentes. Importa  atender  de hecho a los nuevos objetivos (fomento de la rehabilitación y del alquiler) de la política de vivienda. Dicha política  se  situará en el primer plano en cuanto se  consiga una recuperación significativa de la economía, pero de momento  no se ha traducido en ninguna realización.. Hacen falta hechos, actuaciones, ademas de reordenar los objetivos.

La eliminación de los estímulos a la promoción de nuevas viviendas protegidas se ha advertido en el descenso  sufrido en las viviendas protegidas promovidas y también en  las ventas de las mismas.  En 2013  las ventas de viviendas protegidas descendieron en casi un 58,3% sobre el año anterior. situándose en solo  15.213  viviendas, el 5,0% del  total de ventas de viviendas en el pasado ejercicio. 

El Plan 2013-16 no acaba de arrancar, un año después de la aprobación del Real Decreto que lo estableció. Se lleva así un año en España en el que no hay una política de vivienda definida. Mientras tanto,  aumentan los casos de desahucios,  que requieren  de la atención de las autoridades locales y autonómicas y ante el cual no puede permanecer distante el gobierno de España. La política de vivienda  se va  a encontrar así con dificultades adicionales a las habituales, como lo apunta la crisis provocada en el seno del gobierno andaluz como consecuencia de las diferentes actitudes ante las consecuencias de los desalojos de viviendas a hogares con escasos recursos.

"Los datos son apabullantes: tres millones y medio de casas vacías y varios millones de personas sin hogar; más de 400.000 desahucios desde el inicio de la crisis, la mayor parte promovidos por la banca, mientras recibían 108.000 millones de euros de dinero público para compensar las pérdidas de su aventura especulativa salvaje. Por otra parte, el realojo de los vecinos de La Utopía correspondía al Ayuntamiento de Sevilla, que ha mantenido una actitud hostil a pesar de disponer de 528 viviendas municipales vacías. Pues nada, Ibercaja (la entidad bancaria que ha instado el desalojo) y el Ayuntamiento de Sevilla han salido de rositas en este conflicto, mientras contemplaban con fruición el radical enfrentamiento entre los miembros del Gobierno andaluz" (Concha Caballero, "Ensayo de ruptura", El País, 13.4.2014)

        EL  DESCENSO DEL IPC ALERTÓ SOBRE LA DEFLACIÓN

        Julio Rodríguez López

    Una deflación implica, por lo general,  descensos de precios y  del gasto agregado que   afectan negativamente a la actividad y al empleo. La crisis subsiguiente  genera efectos negativos adicionales sobre la riqueza y aumenta la incertidumbre. Un descenso significativo de los precios provoca aumentos de los tipos de interés reales, incluso manteniéndose reducidos los tipos de interés nominales, lo que deprime mas la demanda y la actividad. En una situación de elevado endeudamiento público, el mejor instrumento para luchar contra la deflación es la política monetaria. Se considera que la elección de Roosevelt a la presidencia de Estados Unidos en 1932  y el fuerte aumento que  el nuevo gobierno provocó en la cantidad de dinero desempeñó un papel importante en la recuperación (O. Blanchard, Macroeconomía, Prentice Hall, 2000).    

       En el caso de la Eurozona,  los bajos ritmos de inflación, inferiores a las previsiones en el primer trimestre de 2014, han alejado cada vez más a los precios del objetivo del 2% de variación anual. Dicha evolución  ha llevado a  plantearse  la cuestión de una posible deflación en dicha área económica. Esta situación ha hecho que se redoble la atención sobre las posibles políticas del Banco Central Europeo (BCE), donde los márgenes de reducción de los tipos de interés resultan muy limitados (el tipo de intervención está en el 0,25%).Es posible que, en presencia de economías muy endeudadas, una tasa de de inflación inferior al 1% puede plantear problemas. La deflación aumenta el valor real de la deuda.

      La política de “alivio cuantitativo” es un instrumento de política monetaria que podría  poner en práctica el BCE de forma más o menos similar a  lo realizado por otros bancos centrales, entre los que destacan la Reserva Federal de Estados Unidos y el Banco de Japón. Dicha política consiste en la creación de dinero a través de las compras de activos, lo  que aumenta el tamaño del balance de un banco central. La política monetaria citada se puede desarrollar a través de diferentes canales, entre los que destaca la posible compra de  activos por el BCE a los bancos (W. Munchau, Financial Times, 30 de marzo de 2014).

   Una vez que estos últimos  disponen de una mayor liquidez se puede impulsar  la   concesión de créditos a las empresas. Pero el multiplicador monetario no funciona, pues el banco central crea reservas bancarias a petición de los bancos. Esto convierte en modesto  el impacto de la política de ”alivio cuantitativo”, con lo que el principal impacto de dicha política  es el de afectar al precio relativo de los activos. Se elevan los precios de los activos financieros y baja su rentabilidad  (Martin Wolf, “Only the ignorant live in fear of hyperinflation”, FT, 10.4.2014).

    En los casos de Estados Unidos y de Japón la actuación de los bancos centrales  ha llevado    a  multiplicar el balance del banco central correspondiente, lo que algún efecto expansivo ha  tenido sobre las respectivas economías. La práctica de dicha política provoca con frecuencia   efectos colaterales poco positivos. Ejemplos  de lo anterior son las frecuentes burbujas  bursátiles que se producen incluso en presencia de un comportamiento mediocre de la  economía. Otra forma de desarrollar  tal actuación sería la de efectuar compras de deuda para  reestructurar los niveles de los  tipos de interés, provocando así un descenso mayor  de los    tipos de interés a largo plazo.

   En la reunión del Consejo del BCE de 3 de abril de 2014, según declaración del   presidente de dicha entidad,  “hubo consenso unánime para utilizar todos los instrumentos disponibles de política monetaria, incluidos los no convencionales, para hacer frente a los riesgos de un periodo prolongado de baja inflación” (El País, 4 de abril de 2013). Entre dichas medidas no convencionales podrían incluirse la provisión de liquidez a los bancos o un programa de compra de activos. Sin embargo, no se pasó del anuncio de tal posibilidad.

  En España la tasa de inflación de marzo de 2014  fue del -0,1%, lo que ha planteado  preocupación por el riesgo de deflación que dicha situación comporta (primero el INE anticipó  un -0,2%, que después se ha corregido a la baja. De forma paralela, los precios de las  viviendas y los alquileres  han seguido descendiendo en los primeros meses de 2014, aunque   a un ritmo inferior al de los dos años anteriores.  El retroceso acumulado de los precios de la  vivienda en España desde el inicio de la crisis ha sido del 40,6% según Tinsa, superando la  caída de los precios de las viviendas a la de los alquileres.

  En el primer trimestre de 2014 la economía española puede haber crecido algo más que en el    último    trimestre del pasado año, en el que el PIB creció en un 0,2%. La afiliación a la  seguridad social en  marzo de 2014 creció en un 0,7% anual, aunque el empleo a tiempo  completo ha crecido menos. Las  condiciones de financiación crediticia son todavía difíciles.  El comportamiento deflacionario  de precios  y salarios en España confirma la presencia de un i importante excedente de capacidad productiva no utilizada.

   Si tras seis años de recesión  la economía española ha reiniciado una senda de crecimiento todavía débil importa que dicha evolución se mantenga y  que no resulte afectada por las consecuencias de la deflación, esto es, de descensos de precios y salarios  y  de un escaso  o nulo crecimiento. El riesgo radica en que la inflación permanezca en niveles negativos  o ligeramente positivos  durante un periodo prolongado, lo que afectaría a la baja a los salarios y al  consumo. El BCE debería de pasar a la acción cuanto antes para impedir dicha deriva hacia la deflación.


Una versión  más reducida de este articulo se ha publicado en la revista semanal  “El Siglo” de 14.4.2014
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31 marzo 2014

SUAREZ: LA DIFICIL ECONOMIA DE LA TRANSICION POLITICA, 1976-1982 Julio Rodríguez López


  La desaparición física de Adolfo Suarez ha renovado el interés por el periodo de la transición política en España, que vino a transcurrir entre 1976 y 1982. En lo económico,  dicha etapa fue un momento difícil de la economía española. Esta última  resultó afectada negativamente en los años setenta del pasado siglo,  en principio por la crisis mundial que había provocado  la subida de los precios de la energía desde  fines de 1973. En segundo lugar, la desconfianza empresarial  respecto de  los profundos cambios institucionales  debilitó la inversión privada, que disminuyó de forma continuada hasta bien entrados los años ochenta.

En diciembre de 1973 la OPEP elevó el precio del barril de petróleo de dos a diez dólares. A dicha  subida espectacular sucedieron posteriores elevaciones.. En los dos años siguientes se dispararon los déficits de balanza de pagos en numerosos países.  Las necesidades de adaptación al nuevo contexto de la oferta productiva redujeron el ritmo de crecimiento de la economía mundial de forma significativa. Numerosas actividades productivas sufrieron las consecuencias de los más altos precios energéticos, en especial la industria, donde se registraron importantes reducciones del número de puestos de trabajo y abundantes cierres de empresas.

 Tras crecer a un ritmo medio anual próximo al 7% entre 1961 y 1973, la economía española frenó casi a cero el crecimiento en el bienio 1974-75. Al inicio de 1976 tuvieron lugar los  violentos sucesos de Vitoria ligados a la problemática socioeconómica. Tras  la designación real de Adolfo Suarez  como presidente de gobierno  en junio de 1976, el 1º de julio entró en funciones el primer gobierno Suarez. El 15 de diciembre de ese mismo año  se aprobó en referéndum la ley de reforma política, que abrió  la puerta a importantes cambios institucionales.

  En el primer trienio de la transición, 1976-78, la economía española creció a un ritmo medio anual del 2,6%. Sin embargo el empleo no se recuperó, sino que descendió  en más de 400.000 puestos de trabajo  en dicho periodo, según la EPA. Los desequilibrios más aparatosos fueron los de balanza de pagos y de inflación. El aumento medio anual de los precios de consumo  fue del 20% en el trienio mencionado y hubo déficit exterior en 1996 y 1997. Este último se pudo corregir en 1978,   ayudado por las dos importantes devaluaciones de la peseta  realizadas en 1976 y 1977.

La política económica del gobierno contó entonces con la buena capacidad de comunicación del profesor Enrique Fuentes Quintana, vicepresidente económico del gobierno. En agosto de 1977 se aprobó el Real Decreto 2290/1977 de reforma de las cajas de ahorros, que equiparó prácticamente la operativa de dichas entidades de crédito con la de la  banca. La fuerte inflación dominante   hizo aconsejable  consensuar los aspectos más relevantes de la política económica con las fuerzas políticas emanadas de las primeras elecciones democráticas celebradas en junio de 1977, las primeras  después de la guerra civil.

En dichas  elecciones generales apareció un importante voto para los partidos de izquierda. Estos últimos  fueron el autentico interlocutor del gobierno para llegar a  los Acuerdos de la Moncloa, firmados en octubre de 1977 prácticamente por todas  las fuerzas políticas.  El contenido de dichos  Acuerdos, que  supusieron mucho más que un simple ajuste coyuntural de la economía, incluía una serie de notables reformas estructurales para la economía española, entre ellas  la construcción de centenares de escuelas para reforzar la escolarización de los niños españoles.

Los Acuerdos impulsaron el consenso sobre la política económica en el momento de redactar la Constitución Española de 1978  y  permitieron que esta fuese una ley de todos y no la del partido político en el poder (José Luis Leal, “Los acuerdos de la Moncloa”, El País, 24.10.1987). La Constitución consagró la economía de mercado para España, pero permitía una fuerte presencia potencial del Estado. Se  puede hablar del carácter “mixto” del modelo  implícito en  la misma.

La intensa elevación de los precios del petróleo en 1979, tras el cambio político en Irán, acabó a nivel mundial con la recuperación  de 1976-1978. Desde 1979 reapareció el desequilibrio de balanza de pagos en la economía española, en la que se acentuó  la caída del empleo y  se hizo mayor el descenso de la inversión privada. La recaida económica y la fuerte división existente en el seno del partido del gobierno, la UCD, prepararon el camino a la salida de Suarez y al intento de golpe de estado del 23 de febrero de 1981.

 Por aquellos años la imagen que se presentaba de la etapa del gobierno de Franco por parte de los enemigos de la democracia  era la del periodo 1961-73, de  elevado crecimiento, silenciándose   la dura etapa comprendida entre el final de la guerra civil y 1959, año del Plan de Estabilización. Resultaba fácil achacar el empeoramiento económico no a la crisis mundial y a las modificaciones en los  procesos productivos a que obligaban los más altos precios de la energía, sino a los cambios políticos que implicaba el camino de la democracia.

  Además, lo que los empresarios españoles de 1978  entendían como “economía de mercado” no coincidía  con lo habitual en los  países occidentales desarrollados (Pedro Martínez Méndez, “El proceso de ajuste de la economía española”, Banco de España, Estudios Económicos, nº 23).  Suarez  tuvo que  trabajar   no solo “a la sombra de las bayonetas”, sino en un contexto económico  en el que  destacó   la incertidumbre de los empresarios y su inquietud ante una nueva situación a todas luces  menos cómoda que la del  régimen político anterior. La transición  transcurrió, pues,  un tanto “a la sombra del empresariado”.


Una versión más reducida de este articulo se publicó en la revista semanal “El Siglo” de 31 de marzo de 2014.

17 marzo 2014

UNA RECUPERACION TAN DEBIL Julio Rodríguez López

La recuperación llegó a la Eurozona y a España

 Según la Contabilidad Nacional Trimestral de España del INE (CNTr),  la prolongada fase de recesión del último ciclo económico de  España  tocó fondo en el primer semestre de 2013. La nueva etapa de recuperación  se inició en el segundo semestre  del mismo año. Hasta el momento la recuperación citada se ha caracterizado por su  debilidad.

La evolución de la economía española en 2013  fue paralela a la del conjunto de la economía mundial, que empezó a “tirar” en dicho ejercicio, impulsada por el fuerte crecimiento de  algunas economías avanzadas, especialmente Estados Unidos, y de algunas de las  economías emergentes.  Como sucede tras las crisis financieras prolongadas, la recuperación resulta todavía frágil (Comisión Europea, “European Economic Forecast, Winter 2014”).

Lo más destacado de la composición del crecimiento en los primeros meses de 2014  ha sido  que la demanda interna está registrando una evolución más firme, compensando el agotamiento que, especialmente en el caso de España,  parecieron  mostrar las exportaciones al final de 2013.

Dos etapas dentro de la recesión 2007-20013, según  datos territoriales

En los casi seis años de recesión de la economía española (2008-2013) se pueden distinguir dos periodos  diferenciados. En el primero, que se desarrolló en  los primeros tres años de la recesión,  fue decisivo el impacto de la crisis financiera y la consiguiente restricción crediticia. Dicha evolución  explicó el abrupto descenso de las ventas de viviendas y de la nueva construcción residencial. El  retroceso citado se extendió después al conjunto del sector de la construcción, cuya expansión había sido el principal motor de la fase previa de expansión de la economía.

Los mayores descensos del empleo y los más acusados aumentos del paro tuvieron lugar en 2007-10 en los territorios que habían sido el mayor exponente de la “burbuja inmobiliaria”, esto es, el arco mediterráneo (Alicante, Castellón, Murcia), Canarias y  la periferia de Madrid (Guadalajara y Toledo). En la primera fase de la crisis  las ciudades más afectadas por el citado modelo de crecimiento sufrieron de lleno el impacto. En cambio, en el caso de las las ciudades con mayor diversificación económica  y con  más presencia del sector público  se registró un impacto atenuado del descenso de la actividad y del empleo (Ricardo Méndez Gutiérrez del Valle, “Crisis económica, vulnerabilidad urbana y desempleo en España”, Ciudad y Territorio, Mº de Fomento, nº 178).

La segunda fase de la recesión, situada entre 2010 y 2012, se caracterizó por la relevancia de las políticas económicas deflacionistas adoptadas por los gobiernos de la Eurozona  para hacer frente a la crisis de la deuda. El sector de la construcción siguió retrocediendo en esta etapa a un ritmo  menos acusado. El protagonismo de la recesión se desplazó en este periodo al sector público, que deprimió  su demanda, con lo que los principales centros administrativos experimentaron los mayores aumentos del paro registrado.

Los mayores ajustes a la baja del gasto público se dejaron sentir en  las autonomías con mayor reducción del gasto, como se advierte en  numerosos ciudades de Castilla-La Mancha. En cambio, las ciudades con mayor peso del turismo mantuvieron un mayor nivel de ocupación, tras superar el retroceso del empleo en la primera parte de la crisis (Ricardo  Méndez, op.cit.).

Dudas sobre la fortaleza de la recuperación. Atención a las estadísticas

En los dos últimos trimestres de 2013 el empuje de la economía mundial llegó, pues,  a España. Como en el resto de la Eurozona, la expansión de las exportaciones y la caída de las importaciones habían contrarrestado entre 2007 y 2013 el impacto negativo que sobre la actividad ejerció la débil demanda interior. Pero el empuje de la actividad en la segunda mitad de  2013, que supuso el final de la recesión,  se derivó del comportamiento más dinámico de la demanda interior (consumo privado e inversión en capital fijo, según la CNTr), puesto que las exportaciones  no aportaron nada al crecimiento en este periodo.

La devaluación interna (descensos salariales acusados,  provocados por los cambios en la normativa laboral) parece haber agotado  pronto sus efectos “beneficiosos” sobre el crecimiento: los menores salarios  frenan el consumo, reducen los ingresos por IVA y aumenta el déficit público (Anselmo Calleja, “¿Es ya la hora del optimismo?”, CincoDias, 7.3.2014).

 Lo anterior explica la  debilidad del proceso de recuperación así como  lo injusto e insuficiente que resulta apoyar en exceso la estrategia económica en  las reformas del mercado de trabajo. Tal  estrategia  puede llegar a complicar la situación de la seguridad social y la financiación de las pensiones.

A principios de 2014  algunos indicadores han registrado débiles aumentos sobre el año precedente. Dicha evolución implica  que tardará bastante tiempo en superarse las consecuencias  del pavoroso ajuste de la actividad y del empleo sufrido en los largos años de recesión. Así, desde 2007 se han perdido unos 2,9 millones de afiliaciones a la Seguridad Social.  A fines de febrero de 2014 había 73.900 afiliados a la Seguridad Social más que  en la  misma fecha de 2013. A ese ritmo anual  se  tardarían casi 40 años en recuperar los empleos perdidos. Resulta necesario, pues, reforzar la recuperación,  extendiendo el ámbito de la política económica.

Un comentario final sobre las estadísticas: los resultados del 4º trimestre , según la CNTr, han sido objeto de amplio debate,en especial en lo relativo al comportamiento del consumo publico, que descendió con intensidad  sobre el trimestre anterior, y las exportaciones, cuyo comportamiento expansivo en la CNTr contrastó con los indicadores mensuales de balanza de pagos publicados por  el Banco de España. 

La CNTr es una estadística de síntesis, con numerosas  "cañerías" y desagües. De ahí  que los anuncios ministeriales relativos a supuestas tasas de crecimiento de la economía suponen una clara presión sobre los servicios del INE encargados de elaborar las cuentas nacionales. De esto se debería tomar buena nota en el gobierno para impedir que crezca la desconfianza hacia las estadísticas mas trascendentes de la economía española.

Una versión mas reducida de este articulo se ha publicado en la revista semanal El Siglo,de 17 de marzo de 2014.


12 marzo 2014

MERCADO DE VIVIENDA. UNA VISIÓN COMPLETA DE 2013 Julio Rodriguez lópez



Con la publicación de la cifra de  transmisiones de viviendas en el 4º trimestre de 2013, se dispone ya del cuadro completo de los  indicadores mas importantes  del mercado de vivienda en  el año 2013. Los aspectos mas destacados de dicho mercado en España en 2013 fueron los siguientes:

- Descenso interanual  de los precios de las viviendas en un 7,8%, según el indice de precios de vivienda del INE. El retroceso acumulado de dicho indice desde el tercer trimestre de 2007 fue del 37,1%. El indicador de precios de  Tinsa alcanzó en enero un descenso acumulado de dichos precios del 40%.La Costa Mediterránea presentó  el mayor retroceso  acumulado de precios desde el inicio de la crisis, el 45,5%, mientras que  Baleares y Canarias   registraron el  menor descenso medio  acumulado, el 33,8%. 

- Disminución dlas ventas de viviendas  en un 17,4% en 2013, que alcanzaron un total de 300.349 viviendas, de las que mas del 80% fueron viviendas usadas. Las ventas a españoles disminuyeron en un 21,5%, mientras que las ventas a  extranjeros crecieron en un 12,6%. Estas ultimas supusieron el 16,3% del total de ventas. Los fondos de inversión animaron el mercado y contribuyeron a que lodescensos de precios fuesen menoacusados, pero ello no impidió que predominase  el perfil negativo de la demanda total de vivienda en 2013.

- Caída de las viviendas iniciadas (visados de obra nueva de los CC. de Aparejadores) en un 23,3%. El total de iniciaciones se elevó a  33.900. Las viviendas terminadas mantuvieron la tendencia al descenso, situándose en 69.500 en 2013.

- La inversión en vivienda retrocedió en un 8% en 2013, según la Contabilidad Nacional Trimestral del INE. La aportación  a la variación del PIB de dicho componente del gasto fue de 0,4 puntos porcentuales, la tercera parte del descenso del PIB en 2013, que fue del 1,2%. 

2013 fue un año mas de la recesión del mercado de vivienda iniciada en 2008. La moderada recuperación de la economía española,   que viene produciéndose desde el 2º semestre de 2013,  podría  frenar la recesión citada en 2014, aunque ello dependerá sobre todo del comportamiento del empleo y   de la financiación crediticia.