La desaceleración de la economía mundial ha
afectado de forma negativa en 2014 a las
exportaciones de la eurozona. Dicha área económica registró un crecimiento cero
en el segundo trimestre de 2014. Tales circunstancias no van a permitir que la
economía española acelere el ritmo
actual de crecimiento para lograr reducciones trascendentes del elevado
desempleo todavía dominante.
El Fondo Monetario Internacional (FMI, 2014)
revisó a la baja al inicio del verano de 2014 las primeras previsiones sobre el
crecimiento de la economía mundial en este ejercicio (3,4% es la última previsión) y del comercio
mundial (4%). Dicha revisión fue consecuencia, sobre todo, del retroceso de la economía de Estados Unidos al inicio del año y de la desaceleración de
la expansión de las economías emergentes.
La economía
mundial presenta en 2014 abundantes riesgos de reducción de la tasa de
crecimiento, entre los que destacan los de
carácter geopolítico (Ucrania, las sanciones a Rusia y Oriente Medio) y
la posible elevación de los tipos de interés a largo en Estados Unidos, donde
se va revisar el carácter hasta ahora expansivo de la política monetaria. El
FMI considera asimismo que ha descendido
a nivel mundial la predisposición a asumir riesgos, lo que supone una revisión
al alza de las primas de riesgos exigidas ante cualquier tipo de inversión.
El menor crecimiento de las economías
citadas ha frenado las exportaciones del
resto del mundo y ha reducido el crecimiento mundial. En la Eurozona, tras
cuatro trimestres de crecimiento positivo del PIB, en el segundo trimestre de
2014 el PIB permaneció estabilizado, lo
que modifica las previsiones iniciales. En esta evolución de la Eurozona también
influyó el comportamiento menos dinámico de la demanda interna de la economía.
Dicha área económica viene manteniendo desde el inicio de la crisis un ritmo
medio de crecimiento inferior al de
Estados Unidos, lo que continuará en 2014 -2015. Los indicadores del tercer
trimestre de 2014 señalan que la
situación de estancamiento se ha mantenido en dicho periodo.
El presidente del BCE (“Draghi dice que la
Eurozona está en punto muerto y prepara más medidas”, El País Digital, 22.9.2014)
ha indicado que las exigencias para salir de la crisis descasan en el
desarrollo de estímulos monetarios y fiscales, en el fortalecimiento de la más
que decaída inversión pública, y también
en la realización de las reformas pendientes en numerosos países de la
Eurozona.
Se hace cada vez más necesario el refuerzo de
la demanda en la eurozona a corto plazo.
No ayuda a superar dicha situación el que la política económica priorice
la reducción de los déficits al propio crecimiento. Ello impone un
perfil deflacionista a dicha política y
hace imposible lograr reducciones significativas de los déficits públicos y del
aumento de la deuda soberana.El programa de compra de activos por parte del BCE
debe de permitir ganar tiempo para que las tasas de inflación vuelvan a la
normalidad, ahuyentando así el riesgo de deflación y para lograr que se recupere la economía de la Eurozona, a la
vez que pueden implantarse algunas de las
reformas previstas. El aumento del endeudamiento hace necesario lograr
aumentos del PIB nominal superiores a los de la deuda.
Las últimas previsiones apuntan hacia un
crecimiento del PIB de la economía española
del 1,3% en 2014, el mayor registrado
en los siete años transcurridos desde el inicio de la crisis. El aumento
citado del PIB va a estar acompañado de una variación positiva
del empleo, que aumentará en este ejercicio
en torno al 0,7%, lo que supone
un crecimiento medio de unos 119.000 empleos adicionales.
En la
evolución de la economía española en 2014 ha cambiado el comportamiento de los
componentes de la demanda. Entre 2008 y 2013 fue continuo el notable descenso
de la demanda interna, mientras que el resto del mundo contribuyó a que fuese
inferior la caída del PIB, gracias al buen comportamiento de las exportaciones
.En 2014 ha destacado la expansión de la
demanda interna, apoyada en el consumo y en la inversión en bienes de equipo, pero
el resto del mundo no va a
contribuir al crecimiento, a la vista de
la fuerte recuperación de las
importaciones.
La desaceleración de las exportaciones de la
economía española en 2014 se deriva del menor aumento del comercio exterior y del
estancamiento de la Eurozona. La evolución del comercio exterior de España revela que la recuperación de la demanda
interna provoca aumentos equivalentes o
mayores de las importaciones. Sería deseable que una mayor proporción de la
demanda agregada de la economía española (demanda interior y exportaciones) se cubriese
con producción interior, todo ello en un contexto general de creciente globalización. Mientras tanto,
turismo y mercado de vivienda aparecen ahora como los elementos más dinámicos,
lo que supone repetir el modelo de crecimiento.
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